jueves, 9 de junio de 2022

JUAN MEDINA PÉREZ Y LAS 628 BASES POR BOLAS RECIBIDAS EN DOBLE A

 


Ted Williams, fue dos veces Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Americana (1946-49), dueño de seis títulos de bateo, en dos ocasiones ganador de la Triple Corona ofensiva (1942-47) y la gran mayoría de los expertos en el béisbol lo consideran el mejor bateador de todos los tiempos. Sin embargo, a pesar de terminar con un astronómico promedio de por vida (.344) nunca bateó 200 hits en una temporada y, contrario a lo que muchos piensan, tampoco conectó 3,000 hits (2,654). Las razones para ello son: en la cúspide de su carrera se ausentó tres temporadas para servir en la Segunda Guerra Mundial (1943-44-45) y las bases por bolas; en ocho veces fue líder en bases por bolas recibidas. Particularmente, las bases por bolas que ilustran su excelente disciplina en el plato le impidieron alcanzar 200 hits en una temporada y le privaron de un séptimo título de bateo. Fue el último en batear sobre .400 en las Grandes Ligas (.406 en 1941) y de paso, el único en batear sobre .400 sin alcanzar los 200 hits (456-185). Ello obedeció en gran medida a las 147 bases por bolas que recibió en esa temporada.

También las bases por bolas le privaron injustamente de otro título de bateo en 1954. Ese año culminó la campaña con el promedio de bateo más alto de la Liga Americana, .345 y el mexicano Bobby Ávila (Cleveland) arribó segundo con .341. Sin embargo, para 1954 existía una injusta reglamentación para aspirar al título de bateo que requería consumir, como mínimo, 400 turnos oficiales al bate. Ted Williams había culminado la campaña con 133 hits en 386 turnos oficiales al bate. No consumió los 400 turnos oficiales al bate y Bobby Ávila sí superó los 400 turnos oficiales al bate; consumió 555 turnos oficiales, en los que conectó 189 incogibles para promedio de .341. A Ted Williams le faltaron 14 turnos oficiales para alcanzar los 400 porque recibió 136 bases por bolas, le propinaron un pelotazo y bateó tres elevados de sacrificio. La suma de sus turnos oficiales (386) a las bases por bola recibidas (136), al pelotazo recibido (1) y a los tres (3) elevados de sacrificios, totalizaron 526 presentaciones al plato. Con la reglamentación de hoy día, que utiliza el criterio de presentaciones al plato y no el de turnos oficiales, Ted Williams hubiese sido proclamado campeón de bateo. De esa manera, Bobby Ávila, el muchacho de Veracruz, se convirtió en el primer latinoamericano en obtener un título de bateo en Ligas Mayores.

Por constituir una injusticia penalizar a un bateador por recibir bases por bolas, como ocurrió en el caso de Ted Williams, en el 1957 se cambió la reglamentación que utilizaba como criterio los turnos oficiales y se sustituyó por el de las apariciones al plato. La Regla 9.22 (a) gobierna la metodología que deberá utilizarse para proclamar a un Campeón de Bateo en las Grandes Ligas y dispone que para un jugador cualificar oficialmente al título de bateo, deberá tener un mínimo de apariciones al plato. ¿Y qué son las apariciones al plato? Es el número de veces que un jugador se presenta a la caja de bateo e incluye los turnos oficiales al bate, las bases por bolas, los pelotazos recibidos, los toques de sacrificios, los elevados de sacrificios y las veces en que alcanza la primera base por la interferencia de algún jugador defensivo, fundamentalmente, el receptor. Para calcular el mínimo de apariciones al plato se multiplica el número de juegos de la temporada regular por 3.1 (apariciones al plato). En Las Grandes Ligas se juegan 162 partidos en la fase regular y multiplicado por 3.1 equivale a 502.2 presentaciones al plato y se redondea a 502. De ahí, que son 502 las apariciones mínimas al plato que se le exige a un bateador en Grandes Ligas para cualificar oficialmente al Título de Bateo.

Salvando la distancia, Juan Medina Pérez es el líder de todos los tiempos en bases por bolas recibidas (628) en la Doble A. Doce bases por bolas más que los hits que conectó (616), entre ellos, 92 jonrones, y su promedio de bateo fue de .326 (Serie Regular). De no haber recibido tantas bases por bolas hubiese superado los 700 hits, los 100 jonrones y probablemente, hubiese conectado 20 jonrones en la temporada de 1986 o en la de 1987. La operación matemática es simple; habiendo conectado 616 hits le faltaron 84 hits para alcanzar los 700. Asumiendo que en vez de recibir 628 bases por bolas hubiese recibido la mitad (314), ello le habría permitido tener cerca de 314 turnos oficiales adicionales al bate. De haber conectado 84 hits en 314 turnos adicionales, su promedio de bateo hubiese sido .268; muy por debajo de su promedio de bateo de por vida .326, pero los suficientes para haber arribado o superado los 700 hits.

De igual manera, hubiese superado los 100 jonrones en su carrera. En la temporada de 1986 conectó 14 jonrones y recibió 49 bases por bolas. De no haber recibido tantas bases por bolas, probablemente hubiese superado los 19 jonrones que es la marca nacional establecida por Eddie Ahorrio (San Sebastián) en 1987. De igual manera, conectó 14 jonrones en 1987 y recibió 46 bases por bolas; de no haber recibido tantos pases por bolas, probablemente hubiese también superado los 19 jonrones.

La esencia de este escrito va dirigida a resaltar las virtudes de bateadores que son extremadamente disciplinados en el cajón de bateo; Ted Williams en las Mayores y Juan Medina Pérez, en la pelota Doble A. Como dice el adagio: “Una de cal y una de arena”, esa disciplina también privó a Ted Williams de alcanzar los 3,000 hits en las Grandes Ligas y a Juan Medina los 700 hits y los 100 jonrones. 

Concluyo el tema sobre las bases por bolas, describiendo su evolución histórica. Hasta 1863 no existían las bases por bolas en el béisbol. Incursionaron por primera vez en el 1874 y entre 1874 y 1879, se requerían nueve bolas para otorgar el boleto gratis. En 1880, se redujo a ocho bolas. Finalmente, en 1889 se fijó en cuatro bolas y desde entonces “solamente” han transcurrido133 años.

 

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