Por: Lcdo. Ángel Juarbe De Jesús y Luis Felipe
Montalvo
Desde
el año 1935 el equipo de Béisbol de Doble A de Utuado se convirtió en uno de
los patrimonios más importantes de nuestra querida Ciudad del Viví. Para el año
1935, incursionó en el Béisbol Aficionado organizado de nuestra Isla, un
representante de Utuado en la clasificación Doble A. Comenzaron años de
desarrollo y competencia en condiciones difíciles tanto en el talento competitivo
como en el aspecto financiero y muy crítico en lo que a planta física se
refería.
Solamente
la tenacidad y el compromiso con su pueblo de hombres como don Ramón Cabañas
padre y un grupo de abnegados colaboradores, llevaron adelante un proyecto que
por momentos amenazaba con el fracaso.
Corrieron los años y la dedicación y sacrificio dio frutos cuando en el
1940 apoyados en un cuerpo monticular compuesto por jóvenes utuadeños, la
novena comenzó a dejarse sentir en la competencia estatal y llegó a la final de
la Asociación del Norte, frente al potente equipo Pirata de San Juan de don
Oscar Gandía, perdiendo en el juego final en el Estadio Sixto Escobar de San
Juan en un memorable partido que los utuadeños de esa época siempre comentaban
en sus tertulias deportivas, muchos años después.
El
equipo se dio a conocer y al acercarse la temporada de 1941, se comenzó a
reforzar el equipo con jugadores claves en posiciones defensivas y ofensivas,
para complementar el magnífico cuerpo monticular que ya tenían experiencia
reconocida.
Se
consiguió a Pedro Bergne Roig para la receptoría, Adrián Duprey para la primera
base, Rafael Ramos para juardín corto y a Alfonso Gerard jugador santomeño
bateador y lanzador zurdo de gran clase, que fue un complemento valioso para el
equipo. Con los lanzadores utuadeños
Gangüe Jiménez, Lange Rodríguez y Ramón Cabañas, hijo, ese equipo dominó la
competencia en el Norte.
El
dirigente lo era Jorge de Jesús, jugador profesional que militó con Caguas y
Santurce y jugó en el béisbol organizado en la organización de los Esquivadores
de Brooklyn.
El
cuadro regular eran Pedro Vergne, receptor, Adrián Duprey, primera base, Dimas
Sánchez, segunda base, Tuto Villar, tercera base, Rafael Ramos, jardinero
central, Alfonso Gerard guardabosque derecho, Lange Rodríguez, además de
lanzador, jugaba en el Bosque Central y en muchas ocasiones actuaba como cuarto
bate.
Félix
Vázquez y Rafael Aviñó, junto a Hiram Colón, eran jugadores que defendían
diferentes posiciones como substitutos.
El
parque utuadeño era pequeño e irregular.
Allí se celebraban memorables encuentros con potentes equipos en la
división Norte. En esa temporada de
1941, dominaron la competencia con demostraciones impresionantes en los parques
de Bayamón, San Juan y Río Piedras. Los
lanzadores Jiménez, Rodríguez y Ramón Cabañas, lanzaron cuatro blanqueadas en
seis partidos. Demás está decir que el
bateo fue monumental.
En
la serie final del norte vencieron a los Piratas de San Juan y pasaron a la
final por el Campeonato Estatal de Puerto Rico, frente al magnífico equipo
campeones del Sur, el Caribe Cubs de Ponce.
Los utuadeños se impusieron decisivamente y el equipo reforzado
representó a Puerto Rico en la Serie Mundial de Béisbol Aficionado en la Habana
en Cuba.
La
celebración fue grande y los utuadeños se convirtieron en verdaderos campeones
y el béisbol se convirtió en rey de la competencia deportiva en el centro de la
Isla. Sin embargo, el 7 de diciembre de
ese 1941, los japoneses atacaron por sorpresa, la base naval de Pearl Harbor en
Hawai y Estados Unidos entró al conflicto bélico. Cuando vino la temporada de 1942, muchos de
los jugadores utuadeños fueron llamados al servicio militar y los problemas de
transportación y el racionamiento de gasolina obligaron al equipo a retirarse
de la competencia.
Doce
años estuvo Utuado fuera del béisbol Doble A.
En el 1954, el entonces Circuito de Béisbol Aficionado de Puerto Rico,
le ofreció una franquicia a Utuado y el deportista coameño, residente en
Utuado, don Enrique Emanuelli aceptó la enmienda y desde ese momento en
adelante Utuado ha sido miembro de esa organización llamada ahora Federación de
Béisbol Aficionado. Es decir, que Utuado lleva participando ininterrumpidamente
durante 58 años en el Béisbol Doble A y su franquicia es considerada como una
de las más importantes del Béisbol Federativo. Utuado se ha proclamado tres
veces campeón de Puerto Rico en los años 1941, 1970 y 2007. También tiene a su haber dos subcampeonatos
nacionales en los años 1961 y 1986. Desde
su fundación en el 1935 hasta 1960 llevó el nombre de “Utuado Star”. A partir
de entonces utiliza su nombre actual, “Montañeses” de Utuado.
Además del sub-campeonato logrado en
el 1961, la década del 60 se caracterizó por los grandes jugadores del béisbol
aficionado que arribaron a las filas de “Los Montañeses”. Desfilaron por la loma de lanzar la mejor
cosecha de lanzadores en la historia del equipo. El ponceño Ferdinand “El Pelú” Rivera llegó
para el año 1963. El inmortal utuadeño
Ernesto “Tito” González debutó en la temporada del 1964 y estuvo con “Los
Montañeses” hasta que dio el salto al profesionalismo en 1965. El utuadeño,
Ángel Gabriel “El Abuelo” Ruiz, también debutó en el 1964. En el 1966 llegó otro de los mejores
lanzadores nacidos en la Ciudad del Viví, el muchacho del Bo. Ángeles, Frankie
Mercado. También arribaron a escena los estelares lanzadores utuadeños José
Juan ”Cheguan” Sigurani y Amilcar Figueroa.
“Cheguan” y Amilcar, eran excelentísimos lanzadores, buenos bateadores y
además, para principios de esa década, estelarizaron interesantes
confrontaciones en la carrera de 100 metros en los “Field Days” de la Escuela Superior
Luis Muñoz Rivera. En el 1967, llegó el
maravilloso zurdo Sandalio Quiñonez. En
el 1969 se unió Bonifacio Aponte.
Además,
del excelente núcleo de lanzadores, en la década del 60, llegaron grandes
jugadores de posiciones como lo fueron Cesáreo “El Toro” Márquez, tercera base, Miltón “El Mongo”
Ramírez, campo corto, Melvin Rivera, primera base, Enríque “Machicote” Yambó,
segunda base, William Colón, guardabosque central, Julio Mercado, guardabosque
izquierdo, quienes unidos a los grandes veteranos, Juan Ramón “El Gato” Aguilar
y Alejo Molina, le dieron muchas victorias a “Los Montañeses”. En el 1966, Cesáreo Márquez se proclamó
campeón de bateo nacional, con el robusto promedio .457. Fue en el primer jugador de Utuado en obtener
el título Nacional de Bateo. Milton
Ramírez, firmó profesional y jugo en las Grandes Ligas con los Cardenales de
San Luís, convirtiéndose en el único jugador de “Los Montañeses” en participar
en las “Mayores”.
Para
1969, Utuado tenía uno de los equipos más sólidos del Béisbol Aficionado de
Puerto Rico. Su excelente cuerpo monticular estaba integrado entre otros por:
Sandalio Quiñónez, Bonifacio Aponte, José Juan Sigurani y Amilcar
Figueroa. En la Serie Final de la
Sección Noroeste de ese año, enfrentaron a los “Tiburones” de Aguadilla. Con la serie empatada a tres triunfos, se
celebró el séptimo y decisivo partido en el Parque Luís Rodríguez Olmo de
Arecibo. Antes del comienzo de ese
memorable encuentro, ocurrió un evento
que privó a “Los Montañeses” de proclamarse Campeones de Puerto Rico ese año. En el calentamiento pre-juego, Cesáreo
Márquez, se proponía iniciar su práctica de bateo cuando se desprendió de su
bate una rueda de metal que estaba adherida al mismo y fue a impactar el
tobillo izquierdo del estelar zurdo, Sandalio Quiñónez, privándolo de iniciar
como se esperaba ese séptimo partido. Se anticipaba un triunfo de Sandalio, pero….
ese desconcertante e inusual suceso, sin lugar a dudas evitó que Utuado pudiera
alzarse con la victoria, perdiendo el partido con marcador de nueve carreras
por cinco. Eventualmente el equipo de Aguadilla se proclamó campeón de Puerto
Rico, ese año. En ese juego, el entonces
juvenil guardabosque derecho de “Los Montañeses”, Rafael “Rafy” Pérez, conectó
cinco incogibles en cinco turnos al bate.
A pesar del desgraciado accidente descrito anteriormente, las semillas
campeoniles de “Los Montañeses” estaban sembradas y al año siguiente, 1970, se
proclamaron Campeones Nacionales de Puerto Rico. Esa fue la temporada
consagratoria para el zurdo Sandalio Quiñónez, quien estableció la marca
nacional de ponches para la temporada regular y que aún perdura con 157.
En la Semi-Final del Carnaval de
Campeones, “Los Montañeses” se enfrentaron al potente equipo de “Caguitas”
Colón, Río Piedras, “Goya”. Con la serie empatada a tres victorias por equipo,
el histórico juego final, se celebró en el Hiram Bithorm, de San Juan. Por Río Piedras, inició su estelar lanzador
Carlos Lowell (padre de Mike Lowell) y por “Los Montañeses”, Sandalio. El juego, empatado a cero, se decidió en la
segunda del séptimo, con incogibles del
fenecido campo corto Luís González y del eficiente receptor, Ramón “Pin”
Villafañe, los cuales produjeron las dos vueltas que le dieron el triunfo a
Utuado, dos carreras por cero. Posteriormente “Los Montañeses” eliminaron a
“Los Toritos” de Cayey, en cinco partidos en la Final por el Campeonato de
Puerto Rico. En el Carnaval de
Campeones, Sandalio, ganó seis partidos y propinó cuatro blanqueadas. De esa
manera, Utuado obtuvo el segundo campeonato en su historia, ya que el primero
lo había logrado en el 1941. El
campeonato logrado en el 1970, vivirá por siempre en la memoria de los que
fuimos testigos de ese gran triunfo. En
ese equipo militaban entre otros, los hermanos utuadeños, Enríque “Machicote”
Yambó, segunda base y Antonio “Tony” Yambó, que hizo su debut ese año en el
Béisbol Doble A, como campo corto; los hermanos Enríque y Carlos Casalduc y los
hermanos William y Ramón Villafañe.
También formaron parte de ese equipo, los utuadeños Amilcar Figueroa,
José Juan Sigurani y Rafael “Rafy” Pérez; los arecibeños William Colón,
guardabosque central, Melvin Rivera, primera base, William Mariño, receptor, y
Luis González, campo corto; los florideños, Bonifacio Aponte, Sandalio Quiñónez
y Julio Mercado y el orgullo del Barrio Amelia de Cataño, Cesáreo “El Toro”
Márquez.
Luego
del Campeonato de 1970, Utuado entró en una etapa de altas y bajas y no fue
hasta 1986, que lograron nuevamente llegar al Carnaval de Campeones, obteniendo
el Subcampeonato Nacional. En la Final,
cayeron en cuatro partidos consecutivos frente a los eventuales campeones de
ese año, “Toritos” de Cayey, quienes vengaron la derrota sufrida en la Final
Nacional de 1970 frente a “Los Montañeses” de Utuado. Integró ese equipo, el bateador más
productivo nacido en Utuado, Melvin “El Memo” Rodríguez; quien comenzó su
carrera como receptor y luego se convirtió en uno de los mejores defensores del
predio central en Puerto Rico. Las
habilidades de Melvin, eran enormes y asevero, sin temor a equivocarme, que de
haber aceptado la oferta que se le hizo a inicios de su carrera para jugar
Béisbol Profesional, hubiese llegado a las Grandes Ligas. También militó en ese equipo, uno de los
mejores jugadores que ha vestido la franela de “Los Montañeses” en toda su
historia, Ángel “El Rayo” Núñez. “El
Rayo”, se caracterizó por su vergüenza deportiva única, su juego pimentoso, su rapidez y sobre todo por el
respeto que siempre demostró hacia los
jugadores y fanáticos que le vieron jugar, los que valoraron en toda su
dimensión sus gestas. Es el cuarto
jugador que mas incogibles ha conectado en el Béisbol Aficionado, con un gran
total de 711. El estelar lanzador de
“Los Montañeses”, Antonio “Tony” Pabón,
quien ganó 18 partidos entre la serie regular y la post-temporada, eventualmente fue seleccionado el lanzador de
ese año en Puerto Rico. Juan Medina, fue escogido como el jugador Más Valioso
de Puerto Rico en esa temporada de 1986, al conectar durante la Serie Regular,
14 cuadrangulares y empujar 52 carreras, ambas, marcas individuales para una
temporada en la Historia de “Los Montañeses”.
Andrés “Tuti” Negrón (utuadeño), Miguel “Papi” Rodríguez y Miguel “Papo”
Torres, que actualmente es uno de los adiestradores de “Los Montañeses” de
Utuado, fueron piezas claves en el logro de ese subcampeonato. Miguel “Papo”
Torres, conectó 51 incogilbles durante esa temporada regular, estableciendo la
marca de hits para una temporada en la historia de Utuado.
El
viernes, 4 de mayo de 1990 y en el Parque Ángel Dávila de Vega Alta, otro
extraordinario lanzador utuadeño, Antonio Yambó, vistiendo el uniforme de “Los
Montañeses” de Utuado, se cubrió de gloria al establecer la Marca Nacional de
juegos salvados para una temporada con 12. La marca duró solamente dos días
porque, el domingo, 6 de mayo, en el Estadio Ramón Cabañas y en el último juego
de la temporada regular frente a Florida, relevó a Antonio “Tony” Pabón en la
octava entrada, con el partido cinco a cuatro a favor de Utuado y logró cerrar
con cero la octava y novena entrada, para lograr su salvado número 13. Esa es la marca Nacional que aún perdura. Esa temporada de 1990, Utuado, tuvo el mejor
récord de ganados y perdidos entre todos los equipos de Puerto Rico, con 21
victorias y 7 derrotas. La aportación de
Yambó fue monumental porque además de salvar 13 partidos, terminó con tres
victorias sin derrotas. Esa hazaña cobró
mayor prominencia, porque esa fue la temporada número 21 en la que participaba
Yambó, en el Béisbol Aficionado.
Otro
de los jugadores de más impacto en la Historia de “Los Montañeses”, sin lugar a
dudas lo es el utuadeño José “Pipe” López.
En la temporada de 1996 se convirtió en el segundo jugador utuadeño en
lograr el Título de Bateo Nacional, al conectar para 443. Habían transcurrido, precisamente, 30 años
desde que Cesareo Márquez, lo había logrado en el 1966. El domingo, 12 de agosto de 2007, “Pipe”,
conectó el batazo más dramático e importante para Utuado. Nos referimos al ya
famoso “PIPETAZO”. Ese día se celebraba el quinto juego de la
Serie Semi-Final entre “Los Halcones” de Gurabo y “Los Montañeses”, en el Parque Ramón Cabañas. La serie se encontraba empatada a dos
victorias por equipo y Gurabo, ganaba seis carreras por cuatro, a la altura de
la noventa entrada. Con el famoso trío
de dos, colgado en la pizarra, (dos outs, dos en base y dos strike), “Pipe”
conectó un cuadrangular dentro del parque, para darle una dramática victoria a
Utuado, siete carreras por seis. El
espectacular batazo de “Pipe”, le dio el triunfo a “Los Montañeses” y los
encaminó eventualmente al campeonato logrado en el 2007.
Cinco jugadores han conectado su Hit
número 500, vistiendo la franela de “Los Montañeses”, ellos son: Víctor
“Peladilla” González, Juan Medina, Angel “El Rayo” Núñez, Melvin “El Memo”
Rodríguez y Edwin Aorio. Algunas de las
marcas del Béisbol Federativo están en poder de ex-lanzadores de “Los
Montañeses”. Sandalio Quiñónez ostenta la marca de Ponches para una temporada
de Serie Regular con 157 en el 1970 y Antonio Yambó en juegos salvados con 13
en 1990.
Con
la llegada del siglo XXI, hizo su aparición una figura extremadamente
significativa, en los grandes triunfos alcanzados por “Los Montañeses” en el
nuevo siglo. Nos referimos al joven
empresario puertorriqueño, Francisco Javier Artau. Desde su incursión como apoderado en el año
2000, Utuado se proclamó campeón seccional en cinco ocasiones, 2001, 2003, 2006,
2007 y 2009. El Campeonato obtenido en el 2007, sin lugar a dudas se debió en
gran medida a su determinación y significativas aportaciones económicas en pro
del equipo. En hora buena, Francisco
Javier asumió responsable y diligentemente la encomienda que asumió como
apoderado en el año 2000. Su gesta le hace honor a los dedicados e ingentes
apoderados que le precedieron, entre los que cabe mencionar a: Don Ramón
Cabañas, Don Enrique Emmanueli, Don Luís Felipe Montalvo, Don Miguel Angel
”Lile” Medina, Don Juan T. Rivera, Don Moisés Rodríguez, Don Miguel “Mickey”
Cuadro y Don Herminio Cintrón, entre otros. En los años 2010 y 2011, el Licenciado
en Terapia Física, Héctor Adalid “Dalito” Rodríguez, fue el apoderado de nuestro equipo y con
muchos sacrificios económicos y personales logró que nuestro equipo brillara
con luz propia llegando en ambas ocasiones al Carnaval de Campeones y el año
pasado estuvimos entre los cuatro equipos semifinalista de Puerto Rico. Este
año, Pedro Soto (apoderado), Jorge Vázquez y Janny Guzmán (miembros de la Junta
de Directores), han realizado una ardua labor a pesar de las vicisitudes
económicas para mantenernos entre los equipos “elites” del Béisbol Doble A.
Utuado
es una organización “Deluxe” y su estructura es ejemplarizante para el Béisbol
Federativo. De ahí que, en estos
momentos, nuestro pueblo disfruta de una de las etapas más gloriosas de la
historia deportiva de su equipo el cual constituye uno de los patrimonios más
preciados de la Ciudad del Viví.
El
domingo, 2 de diciembre de 2007, el excelente periodista deportivo, Carlos
Uriarte, seleccionó en su columna dominical de El Nuevo Día, a “Los Montañeses”
como el “Campeón” entre todos los equipos campeones de Puerto Rico, en el año
2007. Por la importancia y trascendencia que tuvo para Puerto Rico y muy
especialmente para nuestra ciudad, el logro obtenido por nuestro equipo, he
creído prudente destacar los aspectos más fundamentales de la gesta de “Los
Montañeses” en el 2007.
UTUADO CAMPEÓN “2007”
Los
Montañeses de Utuado, estadísticamente y sobre el terreno de juego, tuvieron el
mejor desempeño entre todos los equipos del Béisbol Doble A en el 2007.
Terminaron
en el primer lugar de la Sección Norte, con catorce (14) victorias y cinco (5)
derrotas. En la semifinal y final seccional apabullaron a Barceloneta (4-0) y
Florida (4-1). Ello unido a las catorce
(14) victorias y cinco (5) derrotas en la Serie Regular, le otorgaron la mejor
marca entre todos los campeones seccionales de Puerto Rico (22-6). Por ende, ocupó el primer lugar en la tabla
de posiciones del Carnaval de Campeones.
Las
importantes herramientas del béisbol: ofensiva, defensiva, rapidez y picheo,
son patrimonios de este equipo que demostró sobre el terreno del juego que fue
el equipo más dominante del torneo. Su
talento, quedó evidenciado en todas las fases del juego. La ofensiva de Richard Stuart, Antonio
Candelaria, Carlos Correa… fue devastadora.
Conectaron (16) cuadrangulares en la fase regular, la mayor cantidad
entre los equipos que entraron al Carnaval de Campeones. En la Post-temporada conectaron 11
cuadrangulares, incluyendo 4 en la serie final frente a Cidra. En la fase regular sus corredores se robaron
26 bases en 35 intentos para un promedio de .743, el mejor entre todos los
equipos del Carnaval de Campeones. (En
la Semi-final y Final se robaron 20 bases, 11 frente a Gurabo y 9 frente a
Cidra, evidenciando la rapidez del equipo).
La respetable efectividad colectiva de sus lanzadores en la fase regular
fue de 3.53. Encabezados por el mejor
lanzador de Puerto Rico, Antonio Acevedo Toraño, (14 victoria, 1 derrota y 2
salvados), su cuerpo monticular fue una de las armas poderosas de Los Campeones
Nacionales. Defensivamente fue el equipo
que más dobles jugadas ejecutó (23) en la fase regular y 19 en la
post-temporada. En la Serie Final frente
a Cidra el cuadro interior cometió solamente un error dando cátedra de
excelencia en el fieldeo. Ciertamente la
defensiva jugó un papel determinante en la victoria de Utuado frente a Cidra.
Entre la
fase regular y la post-temporada,
ganaron 34 juegos y perdieron 10, para un extraordinario promedio de
.773. En la Post-temporada tuvieron
también la mejor marca de ganados y perdidos con 20 victorias y 5 derrotas. En
esos 25 juegos le marcaron a los rivales 165 carreras y sus lanzadores
solamente permitieron 86. Su trilogía de
lanzadores iniciadores, Antonio Acevedo, René Alicea y Ferdinand Rodríguez,
obtuvieron tres de las cuatro victorias frente a Cidra. Fue poco lo que pudo hacer la fuerte ofensiva
de los Bravos, frente a estos tres excelentes lanzadores. El promedio colectivo
de bateo de Cidra frente a Ferdinand Rodríguez fue de .159, frente a Tonito
Acevedo.189 y .220 frente René
Alicea. Estos tres serpentineros en la
Serie Final, lanzaron 41 y 2/3 de entrada, ponchando a 32 bateadores y su
efectividad fue de 1.94. Su excepcional desempeño refutó con creces las
opiniones de varios expertos que previo al inicio de la Serie señalaban que el
picheo de Utuado no tendría éxito frente a la fuerte ofensiva de Cidra. El relevista Orville Batista, ganó el juego
que proclamó a “Los Montañeses” Campeones Nacionales y en el cual, además, brillaron con luz propia los relevistas
Edgardo Mercado, Héctor Torres y Leo Matos.
A ese cuarteto de relevistas se les unió, por unas circunstancias muy
particulares, Antonio “Tonito” Acevedo, quién en sus dos apariciones como
relevista en el año, se apuntó, dos importantísimo salvamentos. El primero para
eliminar a Gurabo, el otro para eliminar a Cidra, al ponchar al temible Luis
“Ban Ban” Ortiz para propinar el tercer out y sellar, espectacularmente, con
broche de oro el campeonato de “Los Montañeses”.
La
defensiva constituyó una de las armas poderosa del conjunto. Fue premiada con 4 de los 9 Guantes de Oro de
la Sección Norte. Los mismos, recayeron
en Luis Escobar, receptor, Osvaldo Pérez, segunda base, Carlos Valle, tercera
base y Enrique Ayala, bosque izquierdo.
En la serie frente a Cidra, solamente cometieron 4 errores, frente a los
14 de Cidra. Sin embargo, esas
estadísticas no recogen en toda su dimensión la prístina defensa de “Los
Montañeses”, quienes ejecutaron magistralmente joyas defensivas que dejaron sin
aliento a los Bravos. Osvaldo Pérez,
demostró que es uno de los mejores defensores de la Segunda Base. De igual forma, Carlos Valle, dio cátedra en
la defensa de la Tercera Base y, Luis Escobar, realizó jugadas defensivas
brillantes, además, de manejar con mucha efectividad el picheo de Los
Montañeses. En el campo corto, Rialdi
Cuadro, demostró que defensivamente era uno de los mejores jugadores de esa
posición y su guante fue clave en muchas victorias.
La rapidez del equipo fue otra de
las fortalezas de la novena. Se robaron 26 bases en la fase regular, en la
Serie Semi Final frente a Gurabo, se robaron 11 bases y en la Serie Final
frente a Cidra se robaron 9. Las 20
bases robadas en las series semi final y final del Carnaval de Campeones
ilustraron dramáticamente la velocidad de este equipo.
En la post-temporada tuvieron récord
de 11 victorias sin derrotas jugando como local, lo que evidencia que
defendieron exitosamente su parque.
También supieron obtener importantes victorias jugando en la “carretera”
y ello quedó demostrado, al ganar cuatro de las cinco series de la
post-temporada como visitante.
Derrotaron en la Semi Final Seccional a Barceloneta en Barceloneta y en
el Carnaval de Campeones derrotaron a sus tres contrarios, a Camuy en Camuy,
Gurabo en Gurabo, y a Cidra en Caguas.
Los
Montañeses nunca perdieron dos juegos consecutivos y ningún equipo le pudo
ganar más de dos juegos. Este desempeño
avalado por las estadísticas, es muestra inequívoca que el paso de Utuado, en
ruta al Campeonato Nacional fue avasallante y arrollador.
Las victorias
de “Los Montañeses”, la forma convincente en que se produjeron, el genuino
deseo de ganar de sus jugadores, la hábil dirección de Carlos Soto y su cuerpo
de adiestradores, la excelente labor de la Junta de Directores, encabezada por
su apoderado, Francisco Javier Artau, y el incondicional apoyo de la mejor
fanaticada de Puerto Rico, tuvo el desenlace, esperado por todos en la “Ciudad
del Viví”, el Campeonato Nacional.
Mientras
“Los Montañeses”, escribían una de las páginas más bonitas en la historia de
nuestro pueblo, el transcurrir de la vida cotidiana de Utuado se paralizó para
prestar absoluta atención al desempeño de su equipo. En las iglesias, en las escuelas, en los
lugares de trabajo, y en cada rincón, el tema obligado de conversación giraba alrededor
de “Los Montañeses”. Como dice mi
querido hermano, Rafael Juarbe de Jesús, en su artículo Montañeses Campeones:
“Fuimos martillo y no yunque, redoblamos la leyenda, marchamos intransigentes
contra el contrario, en una reyerta donde no se puede transigir. Brillamos con luz propia; fuimos sol y no
satélite…” Transcurridos cinco años de
ese último campeonato, “La Ciudad del Viví” continúa disfrutando de una
atmósfera de vibrante alegría y regocijo gracias a la magia de nuestros
queridos “Montañeses”. ¡EN HORA BUENA!