Una de cal y una de arena; los siete lanzadores que utilizó Cleveland en el segundo juego de la Serie Mundial, otorgaron ocho bases por bolas, pero también poncharon a ocho contrarios. Ahora el cuerpo monticular de Cleveland ha ponchado a ocho bateadores o más en cada uno de los 11 juegos de la postemporada, empatando una marca de ocho ponches o más en juegos consecutivos de la postemporada.
Contra todos los pronósticos, el joven de 23 años, Kyle Schwarber, apareció de la nada al mejor escenario del béisbol, la Serie Mundial. En el primer juego conectó un doble, convirtiéndose en el único jugador de posición, que su primer hit de la temporada se produce en la Serie Mundial. Anoche, en el segundo juego, conectó dos sencillos impulsadores de carreras y recibió un boleto gratis en cinco presentaciones al plato. Está bateando en la Serie Mundial para .429, se ha embazado en cinco de sus nueve presentaciones al plato con un doble, dos sencillos y dos empujadas. El año pasado, en su primera participación en una postemporada, conectó cinco jonrones en apenas 27 turnos, estableciendo, de paso, la marca de cuadrangulares para un jugador de los Cubs en la postemporada.
Ahora la Serie Mundial se traslada al mítico y legendario Wrigley Field de Chicago. En ese estadio, y durante la temporada regular, los Cubs ganaron 57 juegos y perdieron solamente 24 (57-24). Ese fue el mejor récord de ganados y perdidos de un equipo jugando como local este año en las Grandes Ligas; más aún, los 57 triunfos son la mayor cantidad de victorias obtenidas por un equipo de los Cubs en ese estadio. Como si fuera poco, los Cubs envían a la loma de lanzar a Kyle Hendricks, líder en efectividad de las Mayores (2.13), y su efectividad en el Wrigley Field este año fue de 1.32.