martes, 30 de mayo de 2023

HABLANDO DE ANTONIO "TOÑO" CANDELARIA

 

Debutó con los Montañeses en el 2001, precedido de un brillante desempeño en las categorías menores de Utuado. Poseedor de las codiciadas cinco herramientas que definen a un jugador sobresaliente, se apropió del tercer cojín de los Montañeses (su posición natural) mostrando, inmediatamente, sus destrezas defensivas y deslumbrando con el madero al batear en su año de novato para .328 (22 hits en 67 turnos). Tal y como se anticipaba, en su año de novato presagió lo que le deparaba el futuro.

Su desempeño en la Doble A es simplemente magistral: 498 hits en 1,521 turnos oficiales al bate (temporada regular) para un promedio de .327, con 48 jonrones. Como señalé, “Toño” debutó en la Doble A en el 2001, la primera temporada de la Doble A que comenzó a utilizar el formato de 20 juegos para la campaña regular. Precisamente, la temporada anterior, la del 2000, fue la última que se celebró bajo el formato de 28 juegos en la serie regular. De haber tenido “Toño” el beneficio de series regulares de 28 juegos, como lo era antes del 2001, hubiese superado ya los 600 hits. El cálculo aritmético es simple: ocho juegos adicionales durante 23 campañas equivalen a 184 juegos más. Toño promedia 1.22 hits por juego. La multiplicación de 1.22 hits por esos 184 juegos adicionales, equivale a 224.5 incogibles. Esos 224.5 hits sumados a los 498 que ha conectado totalizan 722 hits. Resalto que debido al COVID perdio4 34 juegos adicionales: la temporada de 2020 fue de solamante tres juegos, de 12 juegos la del 2021 y de 16 juegos la del 2022. De ahí que con toda probabilidad y con el formato de 28 juegos por temporada hubiese superado los 750 hits.

Hasta el 2006 defendió la esquina caliente de los Montañeses y con la llegada de Carlos Valle en el 2007, desprendidamente, aceptó moverse a la primera base, convirtiéndose en un momento dado en el defensor del primer cojín más completo de la Doble A. El viernes, 26 de abril de 2013, en un desafío frente a Barceloneta jugó en todas las posiciones defensivas.

A pesar de su corpulencia es un corredor rápido, lo que, unido a su astucia, le ha permitido ser un exitoso estafador de bases (75). Particularmente, es un “ladrón fino” del tercer cojín. Fue miembro del equipo Nacional de Puerto Rico en los XVI Juegos Panamericanos celebrados en Guadalajara México en el 2011. En el 2012 formó parte de la selección de Puerto Rico, que obtuvo la medalla de plata en el prestigioso Torneo Internacional de Béisbol de Haarlem, Holanda. En ese torneo, Puerto Rico derrotó a Estados Unidos en el tercer partido, 3-2. “Toño” anotó una de las tres carreras de Puerto Rico que resultó ser histórica, ya que fue la carrera número 4,000 anotada en el Estadio Pim Müller de Haarlem, Holanda. Puerto Rico cerró la ronda clasificatoria de ese torneo invicto (6-0) al derrotar a China Taipéi con jonrón y tres empujadas para “Toño”. Curiosamente, la temporada regular de 2012 fue la peor de “Toño”, ya que jugó lesionado y solamente bateó para .145. Sin embargo, recuperado de la lesión, se desquitó en la postemporada de 2012 conectando para .429 y Utuado obtuvo su tercer subcampeonato nacional. También logró una destacada actuación en el Torneo Internacional de Béisbol de Haarlem, Holanda, en 2012.

Toño ha guiado a los Montañeses a dos campeonatos nacionales (2007 y 2014) y a un subcampeonato (2012).

Su meta es alcanzar los 500 hits y le faltan dos (2). Esta noche miércoles 10 de mayo de 2023, Utuado recibe la visita de los Tigres de Hatillo y Toño sueña y aspira conectar esos dos hits en el parque Ramón Cabañas de Utuado. Se espera una gran concurrencia y todos los que hemos seguidos su brillante carrera oraremos porque así sea. ¡En hora Buena!

NUEVAS REGLAS DE MLB

 

Según la investigación de #MLB, los fanáticos claman por estimular las bases robadas, los triples y las grandes jugadas defensivas. Amparados en esa investigación, MLB anunció que, en la temporada de 2023, introducirá varias reglas que impactarán los desafíos y sobre todo que acelerarán la duración del partido.

         Sabido es que, de todas las disciplinas deportivas, el béisbol tiene el mayor número de reglas, lo que demanda de sus seguidores un conocimiento básico de las mismas. Las estrategias del juego son infinitas, intrigantes y cautivantes.

         Contrario al baloncesto, al fútbol (balompié), al fútbol norteamericano, al hockey sobre hielo…, el béisbol hasta ahora, no se rige por minutos; el béisbol no utiliza reloj. Precisamente, la ausencia de un reloj que controle las incidencias del juego es otro de sus maravillosos encantos. Sin embargo, procurando acortar la duración de un desafío de béisbol, MLB pondrá en vigor en 2023, las siguientes reglas:

 

1.      Por primera vez habrá un reloj que obligará a los “pitchers” a lanzar la pelota al plato dentro de 15 segundos con las bases vacías y dentro de los 20 segundos con corredores. Los bateadores deben estar en el cajón de bateo cuando falten nueve segundos restantes en el reloj y en la caja de bateo y enfocados en el lanzador cuando resten ocho segundos. Por lo tanto, los bateadores deben estar en el cajón de bateo y alertas al lanzador con al menos ocho segundos restantes. Un bateador puede pedir tiempo solo una vez durante la aparición de un turno al bate. La sanción por violar la regla: al lanzador se le cargará una bola y al bateador un strike.

 

2.      Las colocaciones defensivas (“shifts”) con un tercera base jugando en el jardín derecho corto y todos jugando fuera de posición no tendrá cabida en 2023.  La nueva regla requiere que los cuatro “infielders” estén frente al césped del “outfield” con los dos pies sobre la tierra (frente a la grama exterior) cuando se ejecute el envío al plato. Además, solo se podrán colocar dos “infielders” a cada lado de la segunda base (izquierda y derecha) y se les prohíbe cambiar de posición durante una entrada. La sanción por violar la regla: se decretará una bola a favor del bateador, a menos que llegue a base. Si el bateador batea un “fly” de sacrificio o coloca un toque de sacrificio, el equipo tendrá la opción de aceptar la jugada o que se le cante bola al bateador. Imagínese un toque de sacrificio en conteo de tres bolas y un “strike”. Uno optaría por anular el toque de sacrificio y que se le acredite base por bolas al bateador.

 

3.      Las bases se aumentarán en tres pulgadas, a 18 pulgadas cuadradas. Se procura evitar lesiones y promover el robo bases. Dicho sea de paso, le sugerí a MLB en un escrito que le envié, que se eliminara la altura de la primera base, esto es, que la primera base fuese plana como lo es el “Home”. Ello evitaría los tropiezos que se producen frecuentemente con los bordes o altura de la primera base.


4.      Se limita el número de intentos de “pick-off” de los lanzadores. Se me antoja que esta es la regla más sorprendente y novedosa. Los lanzadores podrán sacar el pie de la goma y tirar a la base o simplemente sacar el pie y virarse dos veces durante un turno al bate. Se les permite realizar o intentar otro “pickoff”, un tercer “pickoff”, pero se les anotará un “balk” si no saca de “out” al corredor.

 

5.      Las visitas al montículo se limitarán a 30 segundos cuando el dirigente, el entrenador de pitcheo o un “infielder” deje su posición para subir al montículo.

Aunque no favorezco el reloj en el béisbol, sí le doy la bienvenida a esa regla. Estoy de acuerdo con esa medida porque ciertamente acelera el ritmo de juego. A manera de ejemplo, Justin Verlander se toma en promedio 27 segundos entre lanzamiento y lanzamiento. Con esa regla, su presencia en la loma reduce el tiempo del juego en 30 minutos aproximadamente (partiendo de la premisa que efectúa entre 90 a 100 lanzamientos).  De igual manera, y con el propósito de acelerar el ritmo de juego, estoy de acuerdo con que se otorgue una base por bolas intencional sin la ejecución de cuatro envíos al plato.

        Ahora bien, me encantaría que se elimine la regla que exige que un lanzador enfrente a un mínimo de tres bateadores o que lance hasta que concluya la entrada. En primer lugar, esa sí altera la esencia del juego; además, mutila las estrategias de los dirigentes a la hora de planificar el uso de sus lanzadores. En segundo lugar, sin esa regla, la duración promedio de un juego de nueve entradas en 2019, fue de tres horas y cinco minutos, según Baseball-Reference. Con esa regla implementada en 2020, la duración se elevó a un récord de tres horas y siete minutos para jugos de nueve entradas. Tan pobre fue el resultado que el beisbol japonés la adoptó inicialmente y la eliminó porque no aceleraba el tiempo de juego.

CARLOS BELTRÁN Y SU EXALTACIÓN AL SALÓN DE LA FAMA

 

Uno de los criterios para figurar en la boleta del Salón de la Fama es haber jugado, al menos, 10 temporadas en las Grandes Ligas. Una vez en la boleta, debe recibir, al menos, el 75% de los votos de los electores de la Asociación de Escritores de Béisbol de América, para ser exaltado.

 No se exige un mínimo en lo que se refiere a estadísticas acumuladas. Al menos en principio, los votantes analizan las estadísticas acumuladas por el jugador y, normalmente, las comparan con las logradas por jugadores similares, que ya son miembros del Salón de la Fama.

 Incuestionablemente, Carlos Beltrán tuvo una gran carrera de 20 años en Grandes Ligas, que arrancó con el premio de Novato del Año de la Liga Americana en 1999 con los Reales de Kansas City e incluyó nueve Juegos de Estrellas.

 A lo largo de 20 campañas, conectó 2,725 hits, 435 jonrones, 565 dobles, 1,587 carreras impulsadas, 1,582 anotadas, recibió 1,084 bases por bolas y se robó 312 bases en 361 intentos, para un altísimo porcentaje de robo de 86.4%. Concluyó con un buen promedio de bateo .279, un porcentaje de embalarse de .350 y OPS de .837. Es uno de cuatro (4) jugadores que han rebasado la barrera de los 400 jonrones, las 1,500 remolcadas, los 300 robos y los 2,000 hits. Dos de ellos son miembros del Salón de la Fama: Willie Mays, electo en 1979 con el 94.7% de los votos y Andrew Dawson, electo en 2010 con el 77.9% de los votos. El otro es Barry Bonds, que no fue exaltado por el voto de castigo de los periodistas debido a su alegada vinculación al uso de esteroides.

 Es menester resaltar, además, que Carlos Beltrán fue un bateador ambidiestro a tiempo completo. El primer bateador ambidiestro de la historia en registrar al menos 300 jonrones y 300 robos y uno de tan solo ocho jugadores en alcanzar esos dos renglones. 

 Carlos Beltrán ganó tres guantes de oro y por años fue uno de los mejores defensores del predio central. Lamentablemente, lesiones en sus rodillas pasaron factura a su extraordinaria defensiva. Ganó dos bates de plata y en dos ocasiones (2003 y 2006), terminó entre los primeros 10 para el Más Valioso.

 Su carrera de postemporada fue extraordinaria. En siete ocasiones arribó a la postemporada y participó en 15 series de postemporada. Consumió 215 turnos oficiales y conectó 66 hits, para promedio de .307, 16 jonrones, 42 empujadas, porcentaje de embalarse de .412, .609 de “slugging” y 1.021 de OPS. Esos números lo convirtieron en uno de los bateadores más productivos en la historia de la postemporada. Su actuación en la postemporada de 2004 fue legendaria. Tenía 27 años de edad y alcanzaba la cúspide su carrera cuando pasó de Kansas City a Houston en julio del 2004. Esa fue su postemporada consagratoria al conectar ocho jonrones para empatar la marca de Barry Bonds de más jonrones en una postemporada y pegó bambinazos en cinco juegos seguidos. En total, en los 12 juegos de playoffs de Houston, bateó .435 con ocho jonrones, 14 empujadas, seis bases robadas y un promedio de embasarse de .536. Algunos fanáticos tienden a recordar más cuando se quedó con la carabina al hombro ante la curva de Adam Wainwright para poner fin a la NLCS de 2006, pero evocar ese recuerdo por encima de su postemporada de 2014 es extremadamente injusto.

 Sus estadísticas son similares y en algunos aspectos superiores a las de Andre Dawson, Ron Santo, Barry Larkin y Harold Baines, quienes tienen sus placas adornando el Salón de la Fama.

 ¿Cómo el escándalo de los Astros de 2017 afectará las posibilidades de Carlos Beltrán?

 A su llegada en el 2017 al campo de entrenamientos primaverales de los Astros para su vigésima y última campaña, los jugadores más jóvenes lo trataban de “usted” en señal de respeto. Irónicamente, el ansiado y logrado anillo de Serie Mundial de 2017, empañó su legado por su rol en el entramado de robo de señales en la postemporada de ese año.

 Precisamente, en cada boleta de votación del Salón de la Fama, los escritores de BBWAA que ejercen el sufragio encuentran las siguientes instrucciones: la votación se basará en el récord del jugador, la capacidad de juego, la integridad, la deportividad, el carácter y las contribuciones al (los) equipo(s) en el (los) que jugó. Las tres palabras, "integridad, espíritu deportivo, carácter", se conocen informalmente como la "cláusula de carácter" en las instrucciones de votación que se imparten.

 La "cláusula de carácter" dejó fuera del Salón de la Fama a Barry Bonds y Roger Clemens, dos de los mejores peloteros de la historia según los números, debido a las acusaciones que pesaron en su contra por alegado uso de anabólicos. Por esa misma "cláusula de carácter" Pete Rose ni siquiera ha sido considerado.

Pero, al lanzador Gaylord Perry siempre se le imputó el uso de la prohibida bola ensalivada. Tris Speaker y Ty Cobb estuvieron involucrados en múltiples peleas y escándalos. Esas conductas que, a manera de ejemplo, riñen con la "cláusula de carácter” no les fue aplicada y los tres están en el Salón de la Fama. Ello evidencia lo subjetivo que es el concepto de la "cláusula de carácter” y la inconsistencia en su aplicación.

 Según la minuciosa investigación de MLB, Beltrán, como jugador, ayudó a diseñar el sistema de robo de señas de los Astros. Fue el único jugador nombrado en el informe del comisionado Rob Manfred. Ello es relevante ahora que Beltrán figura por primera vez como candidato al Salón de la Fama y cada voto cuenta.

 La pregunta obligada es: ¿hasta qué punto “la cláusula de carácter” impactará el papel de Beltrán en ese escándalo y su posterior salida como dirigente de los Mets, antes de dirigir? ¿Cómo esa solo mácula en su excelente carrera afectará su candidatura al Salón de la Fama?

 De acuerdo con el sistema “JAWS” de Jay Jaffe, que evalúa a los candidatos al Salón de la Fama en función del valor máximo de su carrera y los compara con los jugadores admitidos en la misma posición, Beltrán se clasifica como el noveno candidato más digno entre los jardineros centrales. De los ocho nombres que tiene por delante, solo uno, Mike Trout, no está en Cooperstown porque es un jugador activo.

 Obviamente, el escándalo del robo de señas complicará su exaltación. No obstante, Beltrán admitió su culpa y mostró arrepentimiento. Una genuina contrición que debería mitigar parte del daño que infligió a su propia causa.

 A su favor también está el hecho de que el escándalo de robo de señas ocurrió en su última temporada como jugador y personalmente no se benefició de ello, ya que apenas bateó para .231; el peor promedio de su carrera, con 14 jonrones. A todas luces, los números de la carrera de Beltrán no se beneficiaron en lo absoluto del robo ilegal de señas. Ciertamente, algunos votantes concluyeron que el uso de esteroides infló los números de la carrera de Mark McGwire a lo largo de varias temporadas. Sin embargo, no hay una manera plausible de concluir una suposición similar en la carrera de Beltrán con respecto al robo de señas de 2017 porque en las estadísticas son casos totalmente distintos.

Otro asunto que opera en favor de las posibilidades de Beltrán es que pocos jugadores en la boleta de votación tienen los números de Salón de la Fama que él sí tiene. Alex Rodríguez estará en la boleta por segundo año, pero acusa el mismo problema de Bonds y Clemens.

 Opino que los votantes le pasarán factura a Beltrán en el primer, segundo o tercer año, pero eventualmente, superará ese vía crucis y será exaltado. ¡EN HORA BUENA!

CAMUY Y UTUADO A OTRA FINAL DE SECCIÓN

Camuy y Utuado han tejido una de las más antiguas y atractivas rivalidades del Béisbol Doble A. Camuy entró a la pelota Doble A en el 1957. Desde entonces y durante 76 años han librado múltiples “batallas” en los diamantes del Ramón Cabañas de Utuado (antiguo y actual) y en el anterior Parque Atlético de Camuy, hoy Juan Francisco “Cheo” López de Camuy. Sus épicas confrontaciones han cimentado una apasionante rivalidad entre ambas novenas y sus respectivas fanaticadas.

Se han enfrentado en 19 Series de Postemporada; 12 Semifinales, 6 Finales y en una ocasión en el Carnaval de Campeones (2007). Utuado ha ganado 12 series y Camuy 7.

A partir de este próximo viernes, 2 de junio de 2023, se enfrentarán por vigésima (20ma) ocasión en otra serie de postemporada. Esta vez, y por decimotercera (13ra) ocasión, en una semifinal de sección.

En esas 19 confrontaciones de postemporada han celebrado 95 juegos con un saldo de 53 victorias para los Montañeses (53-42; .558) y 42 para los Arenosos (42-53; .442). Al final del artículo publico una tabla que recoge el historial de sus confrontaciones en la postemporada. 

En la fase regular de este año, Camuy le ganó 3 de los 4 juegos a los Montañeses.  Dos de ellos muy reñidos: 1-0 el 3 de marzo y 3-1 el 12 de mayo. El 1 de abril, Utuado ganó 9-3 y el 22 de abril, Camuy derrotó 7-1 a los Montañeses. La diferencia en las carreras anotadas en esos 4 juegos fue mínima: Camuy anotó 14 carreras y Utuado 11.

Ahora bien, con mucho respeto a los grandes equipos de Camuy a través de su rica historia, considero que la edición de los Arenosos del 2023 es la mejor y la más completa. Víctor Claudio (tercera base), Luis Mateo (campo corto) y Fernando García (segunda base) son rostros nuevos que han aportado a una defensiva de lujo en el cuadro interior. A ellos se les unen dos receptores y primeras bases que envidian muchos equipos: Dennis Pérez y Kerby Camacho (líder en empujadas a nivel nacional). El multifacético Bryan Collazo se desempeña con maestría en el campo corto, tercera base, primera base y en los bosques. Definitivamente, Bryan Collazo ha sido una pieza muy valiosa para Camuy. Otro rostro nuevo, el utuadeño Dr. Luis Cortés, acaba de proclamarse campeón bate de la Doble A con promedio de.444 (54-24). Dicho sea de paso, fue también campeón bate en el 2006 con promedio de .489; año en que estableció la marca de hits para una temporada de 20 juegos con 45. Noel Cuevas en el izquierdo, Joseph Renovales en el central y Kelvin Correa en el derecho, conforman una destacada trilogía de guardabosque; tanto ofensiva como defensivamente. El cuerpo monticular es de primera, sobresaliendo los abridores Gregorio Reyes (6-0; 0.99), candidato a Lanzador del Año, el imponente Fernando Cabrera (5-1, 2.40 con 44 K) y Jonathan Pacheco (3-1). Su cerrador Jorge Charry terminó con promedio de efectividad 1.13. Colectivamente, Camuy bateó para .307, su efectividad fue 3.34 y su fildeo de .978. Además, cuentan con la hábil dirección de Miguelito Rodríguez y su cuerpo técnico. A todas luces, Camuy es un sólido aspirante al título nacional.

Utuado inició la temporada con varios titulares lesionados: Luis “Cachaco” Ramos, Christian Martínez, José Galán, perdieron por lesión a Carlos Galíndez… en fin, fue una pesadilla; lejos del panorama que se había trazado. Iniciaron con 1-7, pero realizaron varios cambios que aportaron a una racha de seis victorias al hilo y se colocaron en contienda para la cuarta posición en el Norte. En esa metamorfosis, Utuado se convirtió en un equipo muy rápido y terminaron siendo líderes en bases robadas de la Doble A con 56; en 65 intentos para un formidable porcentaje de éxitos en robos de bases que alcanzó el 86%. Los jóvenes jugadores Allan Marrero (receptor), Kevin Rolón (campo corto), Eric Rivera (guardabosque derecho) y los utuadeños Alexis Pérez (guardabosque central) y Javier Andujar (Lanzador) demostraron que el futuro de los Montañeses es muy prometedor. La figura cimera de los Montañeses, Antonio “Toño” Candelaria, continuó metiendo palos y arribó a los 501 indiscutibles.

Sin embargo, daba la impresión de que la racha de los Montañeses de 27 temporadas consecutivas arribando a la postemporada llegaba a su fin, pero Barceloneta perdió sus últimos tres desafíos y Utuado terminó cuarto en el Norte. La última vez que Utuado no alcanzó la postemporada fue en el 1995, año en que culminó con marca de 15-13 e irónicamente no avanzó, pero ese tema lo abordé en otro artículo que publiqué hace dos semanas.

Ahora, Utuado enfrentará al trabuco de Camuy en la semifinal A del Norte. Obviamente, Camuy sale como amplio favorito. Sin embargo, Utuado se transforma en la postemporada y lo demostró una vez más el año pasado cuando eliminó al excelente equipo de Manatí que terminó primero en el Norte.

No requiere análisis señalar que a las épicas confrontaciones entre Utuado y Camuy han sido bautizadas en los últimos años como el clásico del Norte. Por ello, aprovecho para invitar nuevamente a los fanáticos de ambos equipos a que acudan masivamente al Juan Francisco “Cheo” López y al Ramón Cabañas a respaldar a sus respectivas novenas y que disfruten de otra confrontación entre dos equipos banderas de la pelota Doble A.



jueves, 9 de junio de 2022

JUAN MEDINA PÉREZ Y LAS 628 BASES POR BOLAS RECIBIDAS EN DOBLE A

 


Ted Williams, fue dos veces Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Americana (1946-49), dueño de seis títulos de bateo, en dos ocasiones ganador de la Triple Corona ofensiva (1942-47) y la gran mayoría de los expertos en el béisbol lo consideran el mejor bateador de todos los tiempos. Sin embargo, a pesar de terminar con un astronómico promedio de por vida (.344) nunca bateó 200 hits en una temporada y, contrario a lo que muchos piensan, tampoco conectó 3,000 hits (2,654). Las razones para ello son: en la cúspide de su carrera se ausentó tres temporadas para servir en la Segunda Guerra Mundial (1943-44-45) y las bases por bolas; en ocho veces fue líder en bases por bolas recibidas. Particularmente, las bases por bolas que ilustran su excelente disciplina en el plato le impidieron alcanzar 200 hits en una temporada y le privaron de un séptimo título de bateo. Fue el último en batear sobre .400 en las Grandes Ligas (.406 en 1941) y de paso, el único en batear sobre .400 sin alcanzar los 200 hits (456-185). Ello obedeció en gran medida a las 147 bases por bolas que recibió en esa temporada.

También las bases por bolas le privaron injustamente de otro título de bateo en 1954. Ese año culminó la campaña con el promedio de bateo más alto de la Liga Americana, .345 y el mexicano Bobby Ávila (Cleveland) arribó segundo con .341. Sin embargo, para 1954 existía una injusta reglamentación para aspirar al título de bateo que requería consumir, como mínimo, 400 turnos oficiales al bate. Ted Williams había culminado la campaña con 133 hits en 386 turnos oficiales al bate. No consumió los 400 turnos oficiales al bate y Bobby Ávila sí superó los 400 turnos oficiales al bate; consumió 555 turnos oficiales, en los que conectó 189 incogibles para promedio de .341. A Ted Williams le faltaron 14 turnos oficiales para alcanzar los 400 porque recibió 136 bases por bolas, le propinaron un pelotazo y bateó tres elevados de sacrificio. La suma de sus turnos oficiales (386) a las bases por bola recibidas (136), al pelotazo recibido (1) y a los tres (3) elevados de sacrificios, totalizaron 526 presentaciones al plato. Con la reglamentación de hoy día, que utiliza el criterio de presentaciones al plato y no el de turnos oficiales, Ted Williams hubiese sido proclamado campeón de bateo. De esa manera, Bobby Ávila, el muchacho de Veracruz, se convirtió en el primer latinoamericano en obtener un título de bateo en Ligas Mayores.

Por constituir una injusticia penalizar a un bateador por recibir bases por bolas, como ocurrió en el caso de Ted Williams, en el 1957 se cambió la reglamentación que utilizaba como criterio los turnos oficiales y se sustituyó por el de las apariciones al plato. La Regla 9.22 (a) gobierna la metodología que deberá utilizarse para proclamar a un Campeón de Bateo en las Grandes Ligas y dispone que para un jugador cualificar oficialmente al título de bateo, deberá tener un mínimo de apariciones al plato. ¿Y qué son las apariciones al plato? Es el número de veces que un jugador se presenta a la caja de bateo e incluye los turnos oficiales al bate, las bases por bolas, los pelotazos recibidos, los toques de sacrificios, los elevados de sacrificios y las veces en que alcanza la primera base por la interferencia de algún jugador defensivo, fundamentalmente, el receptor. Para calcular el mínimo de apariciones al plato se multiplica el número de juegos de la temporada regular por 3.1 (apariciones al plato). En Las Grandes Ligas se juegan 162 partidos en la fase regular y multiplicado por 3.1 equivale a 502.2 presentaciones al plato y se redondea a 502. De ahí, que son 502 las apariciones mínimas al plato que se le exige a un bateador en Grandes Ligas para cualificar oficialmente al Título de Bateo.

Salvando la distancia, Juan Medina Pérez es el líder de todos los tiempos en bases por bolas recibidas (628) en la Doble A. Doce bases por bolas más que los hits que conectó (616), entre ellos, 92 jonrones, y su promedio de bateo fue de .326 (Serie Regular). De no haber recibido tantas bases por bolas hubiese superado los 700 hits, los 100 jonrones y probablemente, hubiese conectado 20 jonrones en la temporada de 1986 o en la de 1987. La operación matemática es simple; habiendo conectado 616 hits le faltaron 84 hits para alcanzar los 700. Asumiendo que en vez de recibir 628 bases por bolas hubiese recibido la mitad (314), ello le habría permitido tener cerca de 314 turnos oficiales adicionales al bate. De haber conectado 84 hits en 314 turnos adicionales, su promedio de bateo hubiese sido .268; muy por debajo de su promedio de bateo de por vida .326, pero los suficientes para haber arribado o superado los 700 hits.

De igual manera, hubiese superado los 100 jonrones en su carrera. En la temporada de 1986 conectó 14 jonrones y recibió 49 bases por bolas. De no haber recibido tantas bases por bolas, probablemente hubiese superado los 19 jonrones que es la marca nacional establecida por Eddie Ahorrio (San Sebastián) en 1987. De igual manera, conectó 14 jonrones en 1987 y recibió 46 bases por bolas; de no haber recibido tantos pases por bolas, probablemente hubiese también superado los 19 jonrones.

La esencia de este escrito va dirigida a resaltar las virtudes de bateadores que son extremadamente disciplinados en el cajón de bateo; Ted Williams en las Mayores y Juan Medina Pérez, en la pelota Doble A. Como dice el adagio: “Una de cal y una de arena”, esa disciplina también privó a Ted Williams de alcanzar los 3,000 hits en las Grandes Ligas y a Juan Medina los 700 hits y los 100 jonrones. 

Concluyo el tema sobre las bases por bolas, describiendo su evolución histórica. Hasta 1863 no existían las bases por bolas en el béisbol. Incursionaron por primera vez en el 1874 y entre 1874 y 1879, se requerían nueve bolas para otorgar el boleto gratis. En 1880, se redujo a ocho bolas. Finalmente, en 1889 se fijó en cuatro bolas y desde entonces “solamente” han transcurrido133 años.

 

lunes, 6 de junio de 2022

ANÁLISIS DE LA FINAL DEL NORTE ENTRE CAMUY Y UTUADO

El domingo, 29 de mayo de 2022, Utuado y Camuy inician otra confrontación por el título del Norte de la pelota Doble A. Será la decimonovena confrontación entre ambos en la postemporada y la sexta en una final de sección. La serie está pautada a un máximo de 7 juegos y el ganador de 4 desafíos pasará al Carnaval de Campeones.


Camuy tuvo una temporada de ensueño en la fase regular (12-4) y le barrió la serie particular a Utuado (4-0). Además, continuó su paso arrollador en la semifinal B y derrotó en 4 partidos a Barceloneta (3-1).

 

Utuado tuvo un pobre desempeño en la temporada regular (6-9). Peor aún, 4 de las 9 derrotas a manos de Camuy. Con la excepción de Hibraim Córdova (.444), la ofensiva de Utuado no fluyó a la altura de lo esperado, particularmente con corredores en circulación; dejaron 102 corredores en base en los primeros 9 juegos de la temporada (11.33 por juego). Afortunadamente, al final de la regular, sus bates comenzaron a tronar, particularmente el de “Toño” Candelaria (.325) y el de Juan Medina. Inclusive, en el último juego de la fase regular, establecieron varias marcas ofensivas cuando anotaron

17 carreras en la tercera entrada contra los Tigres de Hatillo. En la semifinal A, derrotó convincentemente y en 4 partidos (3-1) al equipo líder del Norte los Atenienses de Manatí. Esa serie fue una vitrina para sus lanzadores que aplacaron la fuerte ofensiva de Manatí. Mientras, “Toño” Candelaria continuó con su tórrida ofensiva y concluyó como líder en bateo y en “hits” (14-7, .500).

 

El impresionante récord ganador de Camuy, el récord perdedor de Utuado y, sobre todo, la barrida de Camuy sobre Utuado, proyectan a primera vista, que los Arenosos deben ganar la serie e, incluso, en 4 o 5 cinco juegos para algunos. Cuidado. Una evaluación minuciosa de lo ocurrido en esos 4 juegos revela datos interesantes que ameritan ser destacados. Veamos.

 

En sus primeras dos victorias (9-4 y 12-8), Camuy conectó 19 hits; 9 y 10, respectivamente. En esos dos juegos, Utuado conectó 29 hits, 14 y 15, respectivamente; 10 hits más que Camuy. La gran diferencia, Utuado dejó 27 corredores en base (15 y 12, respectivamente). Resalto, además, que en el primer juego Utuado le bateó al iniciador de Camuy, el zurdo Gregorio Reyes, para .307 (26-8). En el segundo partido, Utuado le bateó al iniciador de Camuy, el zurdo Henry Iglesia, para .400 (20-8). La ofensiva de Utuado frente a estos dos iniciadores cobra prominencia en el análisis por lo que señalo más adelante.

 

En el tercer partido apareció, por primera vez, el imponente As monticular de Camuy, Fernando Cabrera y pintó de blanco a Utuado (2-0), propinando 8 ponches. Sin embargo, es menester destacar que ese juego llegó 1-0 hasta la séptima cuando un error de Utuado provocó la segunda y última carrera de Camuy en el desafío. Fue un juego sumamente reñido y el único de los 4 juegos en que Camuy bateó más “hits” que Utuado (6-5); uno más.

 

En el cuarto partido de la serie, subió nuevamente al montículo Fernando Cabrera y volvió a dominar a Utuado al lanzar 8 entradas con una sola carrera permitida, 4 “hits” y 10 ponches. Ese fue otro juego reñido que llegó a la sexta entrada 1-1, cuando Kerby Camacho, con 2 “outs”, 3 en base y en conteo de 3-2, conectó un doble que limpió las bases para el 4-1. En ese juego, Camuy conectó 5 “hits” y Utuado 5.

 

En la serie de 4 juegos, Utuado bateó para .280 (143-40) y Camuy para .240 (125-30). Utuado conectó 10 hits más que Camuy. Pero hay más…



Otro asunto que cobra relevancia en el análisis es el impacto que pueda generar el profundo “staff” de lanzadores de Utuado. En la serie no lanzó por Utuado Manuel Romero (Estados Unidos), que es una de las figuras cimeras de su “picheo”. Tampoco lanzó frente a Camuy, la última adquisición de Utuado, el zurdo José Galán, que derrotó en el tercer juego de la semifinal a Manatí, tras una magistral labor de 6 2/3 de entradas; al salir dejó a Utuado al frente 4-1. Los dominantes relevistas de Utuado, Ryan Rivera, Rayan Hernández y Jorge Crespo, prácticamente no enfrentaron a Camuy en los 4 juegos. El relevista Ryan Rivera (0.69 en la regular), le lanzó tres entradas a Camuy sin permitir “hits” ni carreras, Rayan Hernández (1.08 en la regular) 2/3 sin permitir hits ni carreras y Jorge Crespo (2.76 en la regular) lanzó 4 1/3, permitió una carrera limpia y ponchó 6. Entre los tres, limitaron la fuerte ofensiva de Camuy a 1 carrera limpia en 8 entradas (1.13). Para esta serie, la profundidad del cuerpo monticular de Utuado, que evidentemente es una de sus fortalezas, estará aceitada.


Otro factor que reviste importancia en el análisis es el formato de la serie. Inicia hoy, continúa el próximo fin de semana con tres partidos y finaliza el siguiente fin de semana con tres partidos de ser necesarios; en otras palabras, 1-3-3. Ello implica que el estelar Fernando Cabrera estaría limitado a dos aperturas en la serie, lo que es ventajoso para Utuado. Hoy no debe abrir el primer juego de la serie porque viene de lanzar 8 entradas el viernes frente a Barceloneta. Iniciaría el próximo viernes o en uno de los tres juegos del fin de semana que viene. Su segunda apertura deberá producirse en uno de los tres juegos del siguiente fin de semana. Ello cobra prominencia en el análisis porque un equipo debe iniciar una serie de postemporada con su mejor lanzador, máxime cuando Fernando Cabrera inició 8 de los 16 juegos de Camuy en la fase regular. Mientras, los iniciadores de los restantes 8 juegos de Camuy en la regular se distribuyeron entre Henry Iglesias (5) y Gregorio Reyes (3). Retomando lo señalado previamente, Utuado le bateó para .400 a Henry Iglesias y .307 a Gregorio Reyes.

 

Destaco que, en esta etapa, el dirigente Efraín “Cano” García y su cuerpo técnico conocen a cabalidad las valiosas herramientas de Utuado. Así quedó evidenciado en la serie contra Manatí; no solamente por manejar sus fichas como si se tratara de una partida ajedrez, sino que estimularon y maximizaron el potencial de sus jugadores. Ciertamente, luego del contundente triunfo sobre Manatí, el estado anímico de Utuado atraviesa por su mejor momento.

 

Camuy, por su parte, es un trabuco y sobre la marcha mejoró sustancialmente su defensa; a manera de ejemplo, los cambios que trajeron a su plantilla al campocorto Rey Pérez y al segunda base Keneth Morales. Su ofensiva encabezada por Noel Cuevas (.452) no tiene grietas. Su cuerpo monticular es efectivo e imponente cuando está Fernando Cabrera en la loma. En Jorge Charry y Joel Colón tienen dos experimentados y dominantes relevistas. Su cuerpo de receptores es de envidia; Dennis Pérez, Kerby Camacho y Josué Sánchez. Ello, sumado al excelente desempeño en el terreno de juego todo el año, lo convierten en favorito, pero no con la etiqueta de ampliamente favorito. Se me antoja plasmar en este análisis, que Utuado tiene altas probabilidades de vencer a Camuy; más probabilidades que las que le adjudiqué frente a Manatí. Enfatizo, que el formato de juegos de la serie favorece a Utuado por lo señalado previamente.

 

A todas luces, el Utuado que enfrentará Camuy en esta Final es muy distinto al que enfrentó en la temporada regular. Es justo añadir, además, que tradicionalmente los Montañeses se transforman en la postemporada y elevan marcadamente su nivel de juego.

 

Concluyo mi análisis destacando que debe ser una serie reñida, atractiva y muy concurrida. No es para menos, otro clásico entre dos equipos banderas de la pelota Doble A. No te pierdas las emociones que nos regalarán ambas novenas. Nos vemos en el “Cheo” López y en el Ramón Cabañas.