miércoles, 13 de junio de 2012

EQUIPO DOBLE A DE UTUADO, INVALUABLE PATRIMONIO DE NUESTRO PUEBLO


Por: Lcdo. Ángel Juarbe De Jesús y Luis Felipe Montalvo

     Desde el año 1935 el equipo de Béisbol de Doble A de Utuado se convirtió en uno de los patrimonios más importantes de nuestra querida Ciudad del Viví. Para el año 1935, incursionó en el Béisbol Aficionado organizado de nuestra Isla, un representante de Utuado en la clasificación Doble A. Comenzaron años de desarrollo y competencia en condiciones difíciles tanto en el talento competitivo como en el aspecto financiero y muy crítico en lo que a planta física se refería.

     Solamente la tenacidad y el compromiso con su pueblo de hombres como don Ramón Cabañas padre y un grupo de abnegados colaboradores, llevaron adelante un proyecto que por momentos amenazaba con el fracaso.  Corrieron los años y la dedicación y sacrificio dio frutos cuando en el 1940 apoyados en un cuerpo monticular compuesto por jóvenes utuadeños, la novena comenzó a dejarse sentir en la competencia estatal y llegó a la final de la Asociación del Norte, frente al potente equipo Pirata de San Juan de don Oscar Gandía, perdiendo en el juego final en el Estadio Sixto Escobar de San Juan en un memorable partido que los utuadeños de esa época siempre comentaban en sus tertulias deportivas, muchos años después.

     El equipo se dio a conocer y al acercarse la temporada de 1941, se comenzó a reforzar el equipo con jugadores claves en posiciones defensivas y ofensivas, para complementar el magnífico cuerpo monticular que ya tenían experiencia reconocida.

     Se consiguió a Pedro Bergne Roig para la receptoría, Adrián Duprey para la primera base, Rafael Ramos para juardín corto y a Alfonso Gerard jugador santomeño bateador y lanzador zurdo de gran clase, que fue un complemento valioso para el equipo.  Con los lanzadores utuadeños Gangüe Jiménez, Lange Rodríguez y Ramón Cabañas, hijo, ese equipo dominó la competencia en el Norte.

     El dirigente lo era Jorge de Jesús, jugador profesional que militó con Caguas y Santurce y jugó en el béisbol organizado en la organización de los Esquivadores de Brooklyn.

     El cuadro regular eran Pedro Vergne, receptor, Adrián Duprey, primera base, Dimas Sánchez, segunda base, Tuto Villar, tercera base, Rafael Ramos, jardinero central, Alfonso Gerard guardabosque derecho, Lange Rodríguez, además de lanzador, jugaba en el Bosque Central y en muchas ocasiones actuaba como cuarto bate.
      Félix Vázquez y Rafael Aviñó, junto a Hiram Colón, eran jugadores que defendían diferentes posiciones como substitutos. 

     El parque utuadeño era pequeño e irregular.  Allí se celebraban memorables encuentros con potentes equipos en la división Norte.  En esa temporada de 1941, dominaron la competencia con demostraciones impresionantes en los parques de Bayamón, San Juan y Río Piedras.  Los lanzadores Jiménez, Rodríguez y Ramón Cabañas, lanzaron cuatro blanqueadas en seis partidos.  Demás está decir que el bateo fue monumental.

     En la serie final del norte vencieron a los Piratas de San Juan y pasaron a la final por el Campeonato Estatal de Puerto Rico, frente al magnífico equipo campeones del Sur, el Caribe Cubs de Ponce.  Los utuadeños se impusieron decisivamente y el equipo reforzado representó a Puerto Rico en la Serie Mundial de Béisbol Aficionado en la Habana en Cuba.

     La celebración fue grande y los utuadeños se convirtieron en verdaderos campeones y el béisbol se convirtió en rey de la competencia deportiva en el centro de la Isla.  Sin embargo, el 7 de diciembre de ese 1941, los japoneses atacaron por sorpresa, la base naval de Pearl Harbor en Hawai y Estados Unidos entró al conflicto bélico.  Cuando vino la temporada de 1942, muchos de los jugadores utuadeños fueron llamados al servicio militar y los problemas de transportación y el racionamiento de gasolina obligaron al equipo a retirarse de la competencia.

      Doce años estuvo Utuado fuera del béisbol Doble A.  En el 1954, el entonces Circuito de Béisbol Aficionado de Puerto Rico, le ofreció una franquicia a Utuado y el deportista coameño, residente en Utuado, don Enrique Emanuelli aceptó la enmienda y desde ese momento en adelante Utuado ha sido miembro de esa organización llamada ahora Federación de Béisbol Aficionado. Es decir, que Utuado lleva participando ininterrumpidamente durante 58 años en el Béisbol Doble A y su franquicia es considerada como una de las más importantes del Béisbol Federativo. Utuado se ha proclamado tres veces campeón de Puerto Rico en los años 1941, 1970 y 2007.  También tiene a su haber dos subcampeonatos nacionales en los años 1961 y 1986.  Desde su fundación en el 1935 hasta 1960 llevó el nombre de “Utuado Star”. A partir de entonces utiliza su nombre actual, “Montañeses” de Utuado.

     Además del sub-campeonato logrado en el 1961, la década del 60 se caracterizó por los grandes jugadores del béisbol aficionado que arribaron a las filas de “Los Montañeses”.  Desfilaron por la loma de lanzar la mejor cosecha de lanzadores en la historia del equipo.  El ponceño Ferdinand “El Pelú” Rivera llegó para el año 1963.  El inmortal utuadeño Ernesto “Tito” González debutó en la temporada del 1964 y estuvo con “Los Montañeses” hasta que dio el salto al profesionalismo en 1965. El utuadeño, Ángel Gabriel “El Abuelo” Ruiz, también debutó en el 1964.  En el 1966 llegó otro de los mejores lanzadores nacidos en la Ciudad del Viví, el muchacho del Bo. Ángeles, Frankie Mercado. También arribaron a escena los estelares lanzadores utuadeños José Juan ”Cheguan” Sigurani y Amilcar Figueroa.  “Cheguan” y Amilcar, eran excelentísimos lanzadores, buenos bateadores y además, para principios de esa década, estelarizaron interesantes confrontaciones en la carrera de 100 metros en los “Field Days” de la Escuela Superior Luis Muñoz Rivera.  En el 1967, llegó el maravilloso zurdo Sandalio Quiñonez.  En el 1969 se unió Bonifacio Aponte. 

     Además, del excelente núcleo de lanzadores, en la década del 60, llegaron grandes jugadores de posiciones como lo fueron Cesáreo “El Toro”  Márquez, tercera base, Miltón “El Mongo” Ramírez, campo corto, Melvin Rivera, primera base, Enríque “Machicote” Yambó, segunda base, William Colón, guardabosque central, Julio Mercado, guardabosque izquierdo, quienes unidos a los grandes veteranos, Juan Ramón “El Gato” Aguilar y Alejo Molina, le dieron muchas victorias a “Los Montañeses”.  En el 1966, Cesáreo Márquez se proclamó campeón de bateo nacional, con el robusto promedio .457.  Fue en el primer jugador de Utuado en obtener el título Nacional de Bateo.  Milton Ramírez, firmó profesional y jugo en las Grandes Ligas con los Cardenales de San Luís, convirtiéndose en el único jugador de “Los Montañeses” en participar en las “Mayores”.

     Para 1969, Utuado tenía uno de los equipos más sólidos del Béisbol Aficionado de Puerto Rico. Su excelente cuerpo monticular estaba integrado entre otros por: Sandalio Quiñónez, Bonifacio Aponte, José Juan Sigurani y Amilcar Figueroa.  En la Serie Final de la Sección Noroeste de ese año, enfrentaron a los “Tiburones” de Aguadilla.  Con la serie empatada a tres triunfos, se celebró el séptimo y decisivo partido en el Parque Luís Rodríguez Olmo de Arecibo.  Antes del comienzo de ese memorable encuentro,  ocurrió un evento que privó a “Los Montañeses” de proclamarse Campeones de Puerto Rico ese año.  En el calentamiento pre-juego, Cesáreo Márquez, se proponía iniciar su práctica de bateo cuando se desprendió de su bate una rueda de metal que estaba adherida al mismo y fue a impactar el tobillo izquierdo del estelar zurdo, Sandalio Quiñónez, privándolo de iniciar como se esperaba ese séptimo  partido.  Se anticipaba un triunfo de Sandalio, pero…. ese desconcertante e inusual suceso, sin lugar a dudas evitó que Utuado pudiera alzarse con la victoria, perdiendo el partido con marcador de nueve carreras por cinco. Eventualmente el equipo de Aguadilla se proclamó campeón de Puerto Rico, ese año.  En ese juego, el entonces juvenil guardabosque derecho de “Los Montañeses”, Rafael “Rafy” Pérez, conectó cinco incogibles en cinco turnos al bate. 

     A pesar del desgraciado accidente descrito anteriormente, las semillas campeoniles de “Los Montañeses” estaban sembradas y al año siguiente, 1970, se proclamaron Campeones Nacionales de Puerto Rico. Esa fue la temporada consagratoria para el zurdo Sandalio Quiñónez, quien estableció la marca nacional de ponches para la temporada regular y que aún perdura con 157.  

     En la Semi-Final del Carnaval de Campeones, “Los Montañeses” se enfrentaron al potente equipo de “Caguitas” Colón, Río Piedras, “Goya”. Con la serie empatada a tres victorias por equipo, el histórico juego final, se celebró en el Hiram Bithorm, de San Juan.  Por Río Piedras, inició su estelar lanzador Carlos Lowell (padre de Mike Lowell) y por “Los Montañeses”, Sandalio.  El juego, empatado a cero, se decidió en la segunda del séptimo,  con incogibles del fenecido campo corto Luís González y del eficiente receptor, Ramón “Pin” Villafañe, los cuales produjeron las dos vueltas que le dieron el triunfo a Utuado, dos carreras por cero. Posteriormente “Los Montañeses” eliminaron a “Los Toritos” de Cayey, en cinco partidos en la Final por el Campeonato de Puerto Rico.  En el Carnaval de Campeones, Sandalio, ganó seis partidos y propinó cuatro blanqueadas. De esa manera, Utuado obtuvo el segundo campeonato en su historia, ya que el primero lo había logrado en el 1941.  El campeonato logrado en el 1970, vivirá por siempre en la memoria de los que fuimos testigos de ese gran triunfo.  En ese equipo militaban entre otros, los hermanos utuadeños, Enríque “Machicote” Yambó, segunda base y Antonio “Tony” Yambó, que hizo su debut ese año en el Béisbol Doble A, como campo corto; los hermanos Enríque y Carlos Casalduc y los hermanos William y Ramón Villafañe.  También formaron parte de ese equipo, los utuadeños Amilcar Figueroa, José Juan Sigurani y Rafael “Rafy” Pérez; los arecibeños William Colón, guardabosque central, Melvin Rivera, primera base, William Mariño, receptor, y Luis González, campo corto; los florideños, Bonifacio Aponte, Sandalio Quiñónez y Julio Mercado y el orgullo del Barrio Amelia de Cataño, Cesáreo “El Toro” Márquez.

     Luego del Campeonato de 1970, Utuado entró en una etapa de altas y bajas y no fue hasta 1986, que lograron nuevamente llegar al Carnaval de Campeones, obteniendo el Subcampeonato Nacional.  En la Final, cayeron en cuatro partidos consecutivos frente a los eventuales campeones de ese año, “Toritos” de Cayey, quienes vengaron la derrota sufrida en la Final Nacional de 1970 frente a “Los Montañeses” de Utuado.  Integró ese equipo, el bateador más productivo nacido en Utuado, Melvin “El Memo” Rodríguez; quien comenzó su carrera como receptor y luego se convirtió en uno de los mejores defensores del predio central en Puerto Rico.  Las habilidades de Melvin, eran enormes y asevero, sin temor a equivocarme, que de haber aceptado la oferta que se le hizo a inicios de su carrera para jugar Béisbol Profesional, hubiese llegado a las Grandes Ligas.  También militó en ese equipo, uno de los mejores jugadores que ha vestido la franela de “Los Montañeses” en toda su historia, Ángel “El Rayo” Núñez.  “El Rayo”, se caracterizó por su vergüenza deportiva única, su juego  pimentoso, su rapidez y sobre todo por el respeto  que siempre demostró hacia los jugadores y fanáticos que le vieron jugar, los que valoraron en toda su dimensión sus gestas.  Es el cuarto jugador que mas incogibles ha conectado en el Béisbol Aficionado, con un gran total de 711.  El estelar lanzador de “Los Montañeses”,  Antonio “Tony” Pabón, quien ganó 18 partidos entre la serie regular y la post-temporada,  eventualmente fue seleccionado el lanzador de ese año en Puerto Rico. Juan Medina, fue escogido como el jugador Más Valioso de Puerto Rico en esa temporada de 1986, al conectar durante la Serie Regular, 14 cuadrangulares y empujar 52 carreras, ambas, marcas individuales para una temporada en la Historia de “Los Montañeses”.  Andrés “Tuti” Negrón (utuadeño), Miguel “Papi” Rodríguez y Miguel “Papo” Torres, que actualmente es uno de los adiestradores de “Los Montañeses” de Utuado, fueron piezas claves en el logro de ese subcampeonato. Miguel “Papo” Torres, conectó 51 incogilbles durante esa temporada regular, estableciendo la marca de hits para una temporada en la historia de Utuado.

     El viernes, 4 de mayo de 1990 y en el Parque Ángel Dávila de Vega Alta, otro extraordinario lanzador utuadeño, Antonio Yambó, vistiendo el uniforme de “Los Montañeses” de Utuado, se cubrió de gloria al establecer la Marca Nacional de juegos salvados para una temporada con 12. La marca duró solamente dos días porque, el domingo, 6 de mayo, en el Estadio Ramón Cabañas y en el último juego de la temporada regular frente a Florida, relevó a Antonio “Tony” Pabón en la octava entrada, con el partido cinco a cuatro a favor de Utuado y logró cerrar con cero la octava y novena entrada, para lograr su salvado número 13.  Esa es la marca  Nacional que aún perdura.  Esa temporada de 1990, Utuado, tuvo el mejor récord de ganados y perdidos entre todos los equipos de Puerto Rico, con 21 victorias y 7 derrotas.  La aportación de Yambó fue monumental porque además de salvar 13 partidos, terminó con tres victorias sin derrotas.  Esa hazaña cobró mayor prominencia, porque esa fue la temporada número 21 en la que participaba Yambó, en el Béisbol Aficionado.

     Otro de los jugadores de más impacto en la Historia de “Los Montañeses”, sin lugar a dudas lo es el utuadeño José “Pipe” López.  En la temporada de 1996 se convirtió en el segundo jugador utuadeño en lograr el Título de Bateo Nacional, al conectar para 443.  Habían transcurrido, precisamente, 30 años desde que Cesareo Márquez, lo había logrado en el 1966.  El domingo, 12 de agosto de 2007, “Pipe”, conectó el batazo más dramático e importante para Utuado. Nos referimos al ya famoso “PIPETAZO”.  Ese día se celebraba el quinto juego de la Serie Semi-Final entre “Los Halcones” de Gurabo y “Los Montañeses”,  en el Parque Ramón Cabañas.  La serie se encontraba empatada a dos victorias por equipo y Gurabo, ganaba seis carreras por cuatro, a la altura de la noventa entrada.  Con el famoso trío de dos, colgado en la pizarra, (dos outs, dos en base y dos strike), “Pipe” conectó un cuadrangular dentro del parque, para darle una dramática victoria a Utuado, siete carreras por seis.  El espectacular batazo de “Pipe”, le dio el triunfo a “Los Montañeses” y los encaminó eventualmente al campeonato logrado en el 2007.  

     Cinco jugadores han conectado su Hit número 500, vistiendo la franela de “Los Montañeses”, ellos son: Víctor “Peladilla” González, Juan Medina, Angel “El Rayo” Núñez, Melvin “El Memo” Rodríguez y Edwin Aorio.  Algunas de las marcas del Béisbol Federativo están en poder de ex-lanzadores de “Los Montañeses”. Sandalio Quiñónez ostenta la marca de Ponches para una temporada de Serie Regular con 157 en el 1970 y Antonio Yambó en juegos salvados con 13 en 1990.

     Con la llegada del siglo XXI, hizo su aparición una figura extremadamente significativa, en los grandes triunfos alcanzados por “Los Montañeses” en el nuevo siglo.  Nos referimos al joven empresario puertorriqueño, Francisco Javier Artau.  Desde su incursión como apoderado en el año 2000, Utuado se proclamó campeón seccional en cinco ocasiones, 2001, 2003, 2006, 2007 y 2009. El Campeonato obtenido en el 2007, sin lugar a dudas se debió en gran medida a su determinación y significativas aportaciones económicas en pro del equipo.  En hora buena, Francisco Javier asumió responsable y diligentemente la encomienda que asumió como apoderado en el año 2000. Su gesta le hace honor a los dedicados e ingentes apoderados que le precedieron, entre los que cabe mencionar a: Don Ramón Cabañas,  Don Enrique Emmanueli,  Don Luís Felipe Montalvo, Don Miguel Angel ”Lile” Medina, Don Juan T. Rivera, Don Moisés Rodríguez, Don Miguel “Mickey” Cuadro y Don Herminio Cintrón, entre otros. En los años 2010 y 2011, el Licenciado en Terapia Física, Héctor Adalid “Dalito” Rodríguez,  fue el apoderado de nuestro equipo y con muchos sacrificios económicos y personales logró que nuestro equipo brillara con luz propia llegando en ambas ocasiones al Carnaval de Campeones y el año pasado estuvimos entre los cuatro equipos semifinalista de Puerto Rico. Este año, Pedro Soto (apoderado), Jorge Vázquez y Janny Guzmán (miembros de la Junta de Directores), han realizado una ardua labor a pesar de las vicisitudes económicas para mantenernos entre los equipos “elites” del Béisbol Doble A.

     Utuado es una organización “Deluxe” y su estructura es ejemplarizante para el Béisbol Federativo.  De ahí que, en estos momentos, nuestro pueblo disfruta de una de las etapas más gloriosas de la historia deportiva de su equipo el cual constituye uno de los patrimonios más preciados de la Ciudad del Viví.

      El domingo, 2 de diciembre de 2007, el excelente periodista deportivo, Carlos Uriarte, seleccionó en su columna dominical de El Nuevo Día, a “Los Montañeses” como el “Campeón” entre todos los equipos campeones de Puerto Rico, en el año 2007. Por la importancia y trascendencia que tuvo para Puerto Rico y muy especialmente para nuestra ciudad, el logro obtenido por nuestro equipo, he creído prudente destacar los aspectos más fundamentales de la gesta de “Los Montañeses” en el 2007.


UTUADO CAMPEÓN “2007”

Los Montañeses de Utuado, estadísticamente y sobre el terreno de juego, tuvieron el mejor desempeño entre todos los equipos del Béisbol Doble A en el 2007.

Terminaron en el primer lugar de la Sección Norte, con catorce (14) victorias y cinco (5) derrotas. En la semifinal y final seccional apabullaron a Barceloneta (4-0) y Florida (4-1).  Ello unido a las catorce (14) victorias y cinco (5) derrotas en la Serie Regular, le otorgaron la mejor marca entre todos los campeones seccionales de Puerto Rico (22-6).  Por ende, ocupó el primer lugar en la tabla de posiciones del Carnaval de Campeones.

Las importantes herramientas del béisbol: ofensiva, defensiva, rapidez y picheo, son patrimonios de este equipo que demostró sobre el terreno del juego que fue el equipo más dominante del torneo.  Su talento, quedó evidenciado en todas las fases del juego.  La ofensiva de Richard Stuart, Antonio Candelaria, Carlos Correa… fue devastadora.  Conectaron (16) cuadrangulares en la fase regular, la mayor cantidad entre los equipos que entraron al Carnaval de Campeones.  En la Post-temporada conectaron 11 cuadrangulares, incluyendo 4 en la serie final frente a Cidra.  En la fase regular sus corredores se robaron 26 bases en 35 intentos para un promedio de .743, el mejor entre todos los equipos del Carnaval de Campeones.  (En la Semi-final y Final se robaron 20 bases, 11 frente a Gurabo y 9 frente a Cidra, evidenciando la rapidez del equipo).  La respetable efectividad colectiva de sus lanzadores en la fase regular fue de 3.53.  Encabezados por el mejor lanzador de Puerto Rico, Antonio Acevedo Toraño, (14 victoria, 1 derrota y 2 salvados), su cuerpo monticular fue una de las armas poderosas de Los Campeones Nacionales.  Defensivamente fue el equipo que más dobles jugadas ejecutó (23) en la fase regular y 19 en la post-temporada.  En la Serie Final frente a Cidra el cuadro interior cometió solamente un error dando cátedra de excelencia en el fieldeo.  Ciertamente la defensiva jugó un papel determinante en la victoria de Utuado frente a Cidra.

Entre la fase regular y la post-temporada,  ganaron 34 juegos y perdieron 10, para un extraordinario promedio de .773.  En la Post-temporada tuvieron también la mejor marca de ganados y perdidos con 20 victorias y 5 derrotas. En esos 25 juegos le marcaron a los rivales 165 carreras y sus lanzadores solamente permitieron 86.  Su trilogía de lanzadores iniciadores, Antonio Acevedo, René Alicea y Ferdinand Rodríguez, obtuvieron tres de las cuatro victorias frente a Cidra.  Fue poco lo que pudo hacer la fuerte ofensiva de los Bravos, frente a estos tres excelentes lanzadores. El promedio colectivo de bateo de Cidra frente a Ferdinand Rodríguez fue de .159, frente a Tonito Acevedo.189 y .220 frente  René Alicea.  Estos tres serpentineros en la Serie Final, lanzaron 41 y 2/3 de entrada, ponchando a 32 bateadores y su efectividad fue de 1.94. Su excepcional desempeño refutó con creces las opiniones de varios expertos que previo al inicio de la Serie señalaban que el picheo de Utuado no tendría éxito frente a la fuerte ofensiva de Cidra.  El relevista Orville Batista, ganó el juego que proclamó a “Los Montañeses” Campeones Nacionales y en el cual, además,  brillaron con luz propia los relevistas Edgardo Mercado, Héctor Torres y Leo Matos.  A ese cuarteto de relevistas se les unió, por unas circunstancias muy particulares, Antonio “Tonito” Acevedo, quién en sus dos apariciones como relevista en el año, se apuntó, dos importantísimo salvamentos. El primero para eliminar a Gurabo, el otro para eliminar a Cidra, al ponchar al temible Luis “Ban Ban” Ortiz para propinar el tercer out y sellar, espectacularmente, con broche de oro el campeonato de “Los Montañeses”. 

La defensiva constituyó una de las armas poderosa del conjunto.  Fue premiada con 4 de los 9 Guantes de Oro de la Sección Norte.  Los mismos, recayeron en Luis Escobar, receptor, Osvaldo Pérez, segunda base, Carlos Valle, tercera base y Enrique Ayala, bosque izquierdo.  En la serie frente a Cidra, solamente cometieron 4 errores, frente a los 14 de Cidra.  Sin embargo, esas estadísticas no recogen en toda su dimensión la prístina defensa de “Los Montañeses”, quienes ejecutaron magistralmente joyas defensivas que dejaron sin aliento a los Bravos.  Osvaldo Pérez, demostró que es uno de los mejores defensores de la Segunda Base.  De igual forma, Carlos Valle, dio cátedra en la defensa de la Tercera Base y, Luis Escobar, realizó jugadas defensivas brillantes, además, de manejar con mucha efectividad el picheo de Los Montañeses.  En el campo corto, Rialdi Cuadro, demostró que defensivamente era uno de los mejores jugadores de esa posición y su guante fue clave en muchas victorias. 

            La rapidez del equipo fue otra de las fortalezas de la novena. Se robaron 26 bases en la fase regular, en la Serie Semi Final frente a Gurabo, se robaron 11 bases y en la Serie Final frente a Cidra se robaron 9.  Las 20 bases robadas en las series semi final y final del Carnaval de Campeones ilustraron dramáticamente la velocidad de este equipo. 

        En la post-temporada tuvieron récord de 11 victorias sin derrotas jugando como local, lo que evidencia que defendieron exitosamente su parque.  También supieron obtener importantes victorias jugando en la “carretera” y ello quedó demostrado, al ganar cuatro de las cinco series de la post-temporada como visitante.  Derrotaron en la Semi Final Seccional a Barceloneta en Barceloneta y en el Carnaval de Campeones derrotaron a sus tres contrarios, a Camuy en Camuy, Gurabo en Gurabo, y a Cidra en Caguas. 

     Los Montañeses nunca perdieron dos juegos consecutivos y ningún equipo le pudo ganar más de dos juegos.  Este desempeño avalado por las estadísticas, es muestra inequívoca que el paso de Utuado, en ruta al Campeonato Nacional fue avasallante y arrollador.

     Las victorias de “Los Montañeses”, la forma convincente en que se produjeron, el genuino deseo de ganar de sus jugadores, la hábil dirección de Carlos Soto y su cuerpo de adiestradores, la excelente labor de la Junta de Directores, encabezada por su apoderado, Francisco Javier Artau, y el incondicional apoyo de la mejor fanaticada de Puerto Rico, tuvo el desenlace, esperado por todos en la “Ciudad del Viví”, el Campeonato Nacional.

     Mientras “Los Montañeses”, escribían una de las páginas más bonitas en la historia de nuestro pueblo, el transcurrir de la vida cotidiana de Utuado se paralizó para prestar absoluta atención al desempeño de su equipo.  En las iglesias, en las escuelas, en los lugares de trabajo, y en cada rincón, el tema obligado de conversación giraba alrededor de “Los Montañeses”.  Como dice mi querido hermano, Rafael Juarbe de Jesús, en su artículo Montañeses Campeones: “Fuimos martillo y no yunque, redoblamos la leyenda, marchamos intransigentes contra el contrario, en una reyerta donde no se puede transigir.  Brillamos con luz propia; fuimos sol y no satélite…”  Transcurridos cinco años de ese último campeonato, “La Ciudad del Viví” continúa disfrutando de una atmósfera de vibrante alegría y regocijo gracias a la magia de nuestros queridos “Montañeses”.  ¡EN HORA BUENA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario