lunes, 6 de junio de 2022

“EN EL BÉISBOL UNO NO LA HA VISTO TODO”

Todos los juegos de béisbol acarician la novedad. De ahí, el adagio beisbolero: “En el béisbol uno no la ha visto todo”.

Precisamente, en el último juego de los Montañeses de Utuado en la serie regular (2022), se produjeron varios hitos históricos. El sábado, 29 de abril de 2022, Utuado recibió la visita de Hatillo. En la baja de la tercera entrada, Utuado anotó 17 carreras empatando la marca carreras anotadas en un “inning” en la Doble A. Previamente, el 6 de marzo de 2005, Camuy anotó 17 carreras contra Utuado en la octava entrada. Así que, los Montañeses han estado en las dos caras de la moneda.

No obstante, la tórrida ofensiva de los Montañeses estableció varias marcas:

1.      Catorce (14) carreras anotadas antes de que se propinara el primer “out”.


2.      Dieciséis (16) bateadores desfilaron por el cajón de bateo antes de que se propinara el primer “out”.


3.      Veintidós (22) bateadores desfilaron por el cajón de bateo en la entrada, uno más que los 21 de Camuy el 6 de marzo de 2005.


4.      Cuatro (4) bateadores de Utuado consumieron tres turnos al bate en la entrada.


5.      Edwin Medina recibió tres boletos gratis en la entrada.

6.      Las seis carreras empujadas por Hibraim Córdova en la entrada, cuatro con un “Grand Slam”, empató la marca de empujadas en una entrada. El 28 de marzo de 1971, Carlos Lugo (Yauco) entró a batear de emergente en la séptima entrada y conectó dos jonrones con dos en base cada uno en ese “inning” para establecer la marca de carreras empujadas en una entrada (6).

Ese juego demuestra que: “En el béisbol uno no la ha visto todo”.

Ese fue el último desafío en la fase regular de los Montañeses que arribaron cuartos en el Norte y enfrentaron en la semifinal a los Atenienses de Manatí que arribaron primeros. En el primer desafío de la serie y en la misma primera entrada, el abridor de la tanda ofensiva de los Montañeses, Edwin Medina, llegó a base por error, el segundo bate Abdiel Rodríguez conectó hit, el tercer bate Hibraim Córdova recibió boleto gratis y se llenaron las almohadillas. El cuarto bate “Toño” Candelaria conectó “hit” y trajo al plato dos carreras. El quinto bate Luis Rodríguez recibió pelotazo. El sexto bate Juan Medina conectó “hit” y se acabó la entrada. El lector que no presenció o escuchó el desafío, se preguntará… ¿Cómo se acabó la entrada si los seis bateadores llegaron a base? ¿Dónde y cuándo se propinaron los tres “outs”? Ahí está la novedad. Con el “hit” de “Toño” Candelaria, Hibraim Córdova quiso alcanzar una base adicional y le propinaron “out” en tercera del nueve al cinco para los que anotan. En la misma jugada, “Toño” Candelaria quiso adelantar a segunda y le propinaron el segundo “out” del cinco al cuatro para los que anotan. Luis Rodríguez, que siguió esa “doble matanza” con pelotazo y con el “hit” de Juan Medina, quiso llegar a tercera en un corrido suicida y le hicieron un homenaje del ocho al cinco para los que anotan. Tres “outs” en corridos de bases en una misma entrada, dos en tercera y el otro en segunda, nunca lo había visto y es que: “En el béisbol uno no la ha visto todo”. 

En ese primer juego de la serie, el receptor de Utuado, Michael Díaz, se lastimó (“hamstring”) en un corrido a primera base. Aun así, continuó jugando y en la sexta entrada conectó un doble con tres a bordo, que limpió las base y le dio la delantera a Utuado, 5-2. Aunque jugó el resto del desafío resentido, no pudo jugar en el resto de la serie. Al día siguiente, y por primera vez en la temporada, el glorioso veterano Juan Medina, que fungía como el bateador designado de los Montañeses, tuvo que ponerse los aperos. Hasta ese momento, Michael Díaz había sido el único receptor defensivo de Utuado en la campaña; serie regular y primer juego de la semifinal. Dicho de otra manera, Michael Díaz había estado detrás del plato en todas las entradas defensivas de Utuado (133 1/3). Ese es otro dato novedoso. La primera vez que ocurre en Utuado desde que llevo las anotaciones del equipo a partir de 1964.



La actuación de Juan Medina como receptor fue novedosa y decisiva. En su segundo juego detrás del plato (tercero de la serie), fusiló con un potente y certero tiro al veloz Brian Miranda, que intentaba robarse la segunda base. Brian Miranda terminó segundo en bases robadas con 11 y no había sido puesto fuera en intentos de robos. Más tarde, en ese mismo juego, Manatí perdía en la novena entrada, 4-3, y amenazaba con empatar el partido con corredores en primera y segunda y un solo “out”. Ahí, el dirigente de Manatí, Tony Valentín, ordenó un doble robo y Juan Medina con otro potente disparo, esta vez a tercera base y a una altura aproximada de ocho pulgadas sobre el terreno de juego, puso fuera al corredor José Rosario para el segundo e importantísimo “out” de esa novena entrada. En el cuarto partido de la serie y su tercero consecutivo como receptor, conectó un jonrón en la tercera entrada con dos a bordo y dos “outs” para darle ventaja a Utuado, 6-5, y así terminó el juego que conllevó la eliminación de Manatí. Cabe destacar que el jonrón se lo conectó a Tomás Rodríguez, que no había perdido un juego este año (7-0 y efectividad de 1.08). Ese jonrón le tumbó el invicto a Tomás Rodríguez.

Como si lo anterior fuera poco, en la séptima entrada de ese cuarto juego, con el marcador 6-5 a favor de Utuado, Manatí tenía tres en base con dos “outs” y corría en tercera Jesmuel Valentín. El bateador Angel Maldonado conectó un machucón por tercera base que se alejó como a 20 pies del plato y rodó como a 5 pies de la línea que divide el terreno “fair” del terreno “foul”. Juan Medina se levantó como un gato, corrió tras la bola, la atrapó con la mano desnuda y creyéndose acróbata del Circo de los Hermanos Marcos, brincó felinamente, de pecho y tocó en el hombro a Jesmuel Valentín mientras el árbitro principal, Rubén Ramos cantaba enérgicamente el “out”. Juan Medina, cayó de bruces en terreno “foul” ante la atónita mirada de Jesmuel Valentín y de su padre Tony Valentín, que miraba con aire de incredulidad lo ocurrido. Concluido el desafió, Jesmuel le confesó a Juan que creía que iba a anotar fácilmente y no anticipó su acrobacia.  Ese “out” monumental era la única alternativa defensiva para propinar un “out” en ese batazo. He sido testigo de gran parte de la carrera de Juan Medina en la Doble A y considero que esa es su mejor jugada defensiva porque para ejecutarla no se podía parpadear y requería además su movimiento acrobático y felino. Que la ejecutara a los 45 años, evidencia que: “En el béisbol uno no la ha visto todo”.

Utuado ganó los tres juegos de la serie con Juan Medina de receptor luciendo como en sus mejores tiempos. Por todo ello, Juan Medina (.333) fue el MVP de la serie, aunque es menester destacar las actuaciones de Manuel Romero (1-0), un salvado, efectividad de 1.59, le batearon para .056 (18-1), la de Rayan Hernández, dos salvados, Antonio Candelaria, .500 (14-7) con cinco impulsadas…

Definitivamente, hay que acudir a los estadios porque en cada juego existe el potencial de evocar el adagio: “En el béisbol uno no la ha visto todo”.

 

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