Introducción
El pasado
miércoles, 15 de agosto de 2012, como era usual y costumbre, Melky Cabrera
figuraba en la alineación oficial de los Gigantes de San Francisco. Sin embargo, antes de comenzar el partido se enteró
que una prueba de testosterona que se le había practicado había arrojado un
resultado positivo, por lo que fue retirado de la alineación y conforme a la
Reglamentación de las Grandes Ligas fue suspendido por los próximos 50 juegos
de su equipo. Para ese 15 de agosto de
2012, le faltaban 45 juegos de la Temporada Regular a los Gigantes de San
Francisco, y ello los privó de utilizar a Melky por el resto de la Temporada
Regular del 2012. Tampoco lo podrán
utilizar en los primeros cinco juegos de la Post Temporada, si es que en efecto
Los Gigantes alcanzan la postemporada.
Para la
fecha en que se le suspendió, Melky Cabrera tenía promedio de bateo de .346
(159 “hits” en 459 turnos oficiales). Al día de hoy, 7 de septiembre de 2012 (fecha
de redacción de este artículo), Melky es el líder de bateo en las Grandes Ligas
(.346). Es muy probable que al concluir
la Temporada, su promedio de bateo sea el más alto en las Grandes Ligas y ello
ha generado conjeturas y especulaciones entre los seguidores del béisbol. Anticipándome a esa eventualidad, decidí hacer
un estudio investigativo sobre el tema y como resultado de ello, produje este artículo porque presagio que la
situación de Cabrera va a culminar en una interesante, intrigante y engorrosa
controversia.
Reglamentación para proclamar
a un Campeón de Bateo en las Grandes Ligas
El
béisbol se rige por unas Reglas Oficiales.
La Regla 10.23 (A) dispone la metodología que deberá utilizarse para
proclamar a un Campeón de Bateo en cualquier liga de béisbol y, por ende, en el
caso que nos ocupa en el Béisbol de las Grandes Ligas. Dicha regla dispone que para que un jugador cualifique
oficialmente como aspirante al Título de Bateo, deberá tener un mínimo de apariciones al plato. Para calcular el mínimo requerido de apariciones al plato se deberá
multiplicar el número de juegos establecidos en la temporada regular por 3.1 (apariciones al plato). A manera de ejemplo, en Las Grandes Ligas, se
juegan 162 partidos en la Temporada
Regular, lo que multiplicado por 3.1 (apariciones
al plato) arroja un resultado neto de 502
(apariciones al plato). De ahí, que 502 son las apariciones al plato
mínimas que se le exige a un jugador de Grandes Ligas para cualificar
oficialmente como aspirante al Título de Bateo.
Ahora
bien, ¿Qué son
apariciones al plato?. Las apariciones
al plato es el número de veces que un jugador se presenta a la caja de bateo e
incluye los turnos oficiales más, las
bases por bolas, los pelotazos recibidos, los toques de sacrificios, los
elevados de sacrificios y las veces en
que el bateador alcanza la primera base por la interferencia de algún jugador
defensivo. Todo ese conglomerado de
situaciones es lo que se denomina
las apariciones al plato. Por ende, para
que un jugador que aspire a ser Campeón de Bateo en Grandes Ligas, tiene que
tener por lo menos 502 presentaciones al
plato. Los turnos oficiales son las presentaciones al plato de un jugador en los
cuales batea de “hit” o es puesto fuera, ya sea ponchándose, con una rola por
el cuadro, con un elevado que es capturado, cuando se embasa por error de la defensa o por
jugada de selección.
Como es
sabido para calcular el promedio de bateo de un jugador se divide el número de incogibles
conectados entre los turnos oficiales al
bate. Obviamente, no se considera un
turno oficial al bate las bases por bola, los pelotazos recibidos, los toques
de sacrificio, los elevados de sacrificios ni las veces que llega a primera
base por la interferencia de un jugador defensivo.
En la
Historia de las Grandes Ligas, hay cinco jugadores, que se proclamaron
campeones de bateo que, con la reglamentación de hoy día no lo hubiesen logrado
por no haber consumido las 502
presentaciones al plato. A
continuación les presento una tabla con los jugadores a los que hago referencia
y, entre otras cosas, les señalo las
presentaciones al plato que tuvieron en el año en que se proclamaron
campeones de bateo.
JUGADOR
|
AÑO
|
LIGA
|
PAP
|
TO
|
H
|
PROM.
|
Ty Cobb
|
1914
|
Americana
|
414
|
345
|
127
|
.368
|
Dale Alexander
|
1932
|
Americana
|
454
|
392
|
144
|
.367
|
Bubbles Hargrave
|
1926
|
Nacional
|
366
|
326
|
115
|
.353
|
Debs Garms
|
1940
|
Nacional
|
385
|
358
|
127
|
.355
|
Ernie Lombardi
|
1942
|
Nacional
|
347
|
309
|
102
|
.330
|
LEYENDA:
AÑO: Año en que se proclamaron campeones de bateo
LIGA: Liga en la que jugaban
PAP: Presentaciones al
Plato
H: “Hits” conectados
TO: Turnos
oficiales
PROM.: Promedio de bateo
La
tabla anterior ilustra que estos jugadores se proclamaron campeones de bateo en
las Grandes Ligas sin que tuviesen un
número considerable de presentaciones al
plato y tampoco un número considerable de turnos oficiales al bate.
Para lidiar con esa situación, en
el 1952 se estableció una regla para regular lo relativo al Campeonato de
Bateo. Conforme a esa reglamentación, se multiplicaba el número de juegos de la Temporada Regular de las Grandes Ligas que,
en ese entonces eran 154 partidos, por 2.6 turnos oficiales al bate.
Nótese que en esa Regla de 1952
se hacía referencia única y
exclusivamente a los turnos
oficiales del jugador y no
consideraba en lo absoluto las presentaciones al plato del jugador. Por jugarse 154 juegos para esa época, cuando
se multiplicaba esa cantidad de juegos por los turnos oficiales requeridos (2.6)
un jugador tenía que consumir un mínimo de 400
turnos al bate de forma oficial. Es
decir, que esa reglamentación no consideraba las bases por bola, los pelotazos,
etc. Por lo tanto, para 1954 para que un jugador cualificara
oficialmente para el Título de Bateo tenía que consumir un mínimo de 400 turnos oficiales al bate. Así las cosas, en el 1954, Ted Williams tuvo el promedio de bateo más alto de la
Liga Americana, .345, producto de 133 incogibles en 386 turnos oficiales al bate. Sin embargo, por no haber consumido los 400 turnos oficiales se le otorgó el
Título de bateo a Bobby Ávila, quién
sí consumió 555 turnos oficiales, en los cuales conectó 189 incogibles para promedio de .341. En esa temporada de 1954 Ted Williams recibió 136 bases por bolas, le propinaron un
pelotazo y bateó tres elevados de sacrificio.
Si le sumáramos a los turnos oficiales de Ted Williams (386) las bases por bola recibidas (136), el pelotazo recibido (1) y los elevados de sacrificios (3), encontraríamos que su total de presentaciones al plato en esa temporada
totalizaron 526. Es
decir, que con la Reglamentación de hoy día en la que se utiliza el criterio de
presentaciones al plato y no la de turnos oficiales, Ted Williams
hubiese sido proclamado Campeón de Bateo.
Precisamente, por constituir una injusticia el que un jugador fuera
penalizado por las bases por bolas que recibía, como ocurrió en el caso de Ted
Williams, en el 1957 se cambió la Reglamentación que
utilizaba como criterio los turnos oficiales del jugador y se sustituyó por las apariciones al plato del jugador. A partir de entonces, se utiliza la fórmula
de multiplicar el número de juegos de la Temporada Regular por 3.1 (apariciones
al plato). Cuando efectuamos esa simple
operación aritmética de multiplicar los 162 juegos por 3.1 (apariciones al
plato), tenemos que concluir que para que un jugador aspire al Título de Bateo
en las Grandes Ligas tiene que consumir un mínimo de 502 apariciones al plato.
Dicho
lo anterior, abordaremos ahora el caso específico de Melky Cabrera. Cuando Melky fue suspendido el 15 de agosto
de 2012, tenía 459 turnos oficiales
en los que había conectado 159
incogibles, de ahí su promedio de .346 (459-159-.346). A esos 459 turnos oficiales tenemos que
sumarle las 36 bases por bolas que
había recibido, un (1) toque de
sacrificios que había ejecutado y cinco (5)
elevados de sacrificio que había conectado (459 + 36 + 1 + 5 = 501 apariciones
al plato). Como podemos ver, aún le
faltaría una aparición al plato para completar las 502 que exige la
Reglamentación Oficial. Obviamente, ese turno al bate no lo puede consumir
porque está suspendido. Entonces tenemos
que preguntarnos, ¿Ello lo descalifica para aspirar el Título de Bateo? La respuesta es NO. ¿Por qué? Porque la Regla
10.23 (A) tiene una excepción
que consiste en que si al jugador que ostenta el liderato de bateo le faltaran
algunas apariciones al plato y se le adjudicaran las mismas como si hubiese
consumido turnos oficiales al bate sin conectar de “hits”, y aún así se
mantiene con el mejor promedio, habría que proclamarlo oficialmente Campeón de
Bateo. Para ilustrar esta situación
utilizaré como ejemplo el propio caso de Melky Cabrera. Como he señalado anteriormente, Melky Cabrera
tiene 459 turnos oficiales al bate,
ha conectado 159 “hits” y su
promedio es 346. Si se le adjudica como
corresponde, la aparición al plato que
le falta, como un turno oficial al bate en el que se va en blanco el resultado
final sería que Melky, concluiría con 460
turnos oficiales al bate, con 159 “hits” conectados, su promedio bajaría a
.345(6) pero tendría las 502 presentaciones al plato. Si al finalizar la temporada ningún bateador
en la Liga Nacional tuviese un promedio superior a los .345(6) de Melky Cabrera
conforme a la Reglamentación vigente éste
debería ser proclamado Campeón de
Bateo de la Liga Nacional. ¿Ha ocurrido
ello antes? SÍ. En el 1996, Tony Gwyn terminó la temporada con 498 apariciones al plato y su promedio
de bateo era de .353. Como podemos ver, le faltaban 4 apariciones
al plato para cumplir con las 502 reglamentarias. Ante esa situación, se aplicó la excepción de
la Regla 10.23 (A), se le añadieron cuatro
turnos oficiales al bate en los que se fue en “blanco” y, aún así tenía el
mejor promedio de bateo por lo que fue proclamado oficialmente Campeón de Bateo. De ahí, que la excepción a la Regla ya fue
puesta en vigor en el caso de Gwyn, y ese es el precedente entorno a este asunto.
Mientras
estudiaba este tema y practicaba la investigación correspondiente, quedé
fascinado con la interesante e intrigante historia que regula lo relativo a la
proclamación de un titular de bateo en las Grandes Ligas y en cualquier liga de
béisbol, porque esto es una regla uniforme.
Dicho lo anterior, todo apunta a que para bien o para mal, un jugador
que hizo uso de sustancias prohibidas (testosteronas) podría proclamarse
Campeón de Bateo en las Grandes Ligas. Ahora
bien, la Oficina del Comisionado del
Béisbol está, como en efecto debería estarlo, muy contrariada con toda esta
situación y pudiera despojar del Título de Bateo a Melky Cabrera. Sin embargo, no lo podría hacer bajo la
Reglamentación de la Regla 10.23 (A) y
sí bajo algunas prerrogativas o poderes que tiene el Comisionado del Béisbol
para proteger la pulcritud del juego.
Les confieso que desconozco cuál va a ser el desenlace final, pero el interesante
e intrigante tema me movió a realizar este estudio y compartirlo con
ustedes. Espero que lo disfruten. Sea usted pues, el juzgador de esta engorrosa
controversia.
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