El 13 de
septiembre de 1941, en la Liga del Castillo en Ponce, Puerto Rico, el “Utuado
Stars”, con su flamante apoderado, el inmortal Don Ramón Cabañas, se proclamó
Campeón de Puerto Rico. El recuerdo de
ese logro aún perdura. En algún punto
estratégico de las boticas, restaurantes, colmados, cafetines… de nuestro pueblo estaba colgada la emblemática
fotografía del equipo Campeón. Los niños
de mi generación crecimos admirando en esos lugares, públicos y privados, de
nuestra Ciudad del Viví esa histórica fotografía del “Utuado Stars”, Campeones
de Puerto Rico del 1941. Mi adorado
padre “El Rubio”, me contaba, con orgullo y entusiasmo, la gloriosa gesta de ese equipo y me recitaba
uno por uno los nombres y apellidos de sus integrantes. Aunque no conocí personalmente a muchos de estos
jugadores, se convirtieron también en mis héroes.
Desde que
tengo uso de razón, he disfrutado de memorables partidos de nuestro equipo, cuyos
resultados perdurarán por siempre en mi memoria y los cuales forman parte de la
historia de nuestro pueblo. Uno de esos
juegos se produjo el 12 de agosto de 2007, en el quinto partido de la Semi
Final Nacional entre Utuado y Gurabo. Utuado
perdía 6 x 4, en la 9.na entrada y con 2 “outs” colgados en el
pizarrón, José “Pipe” López conectó un cuadrangular dentro del parque con 2
corredores en base para darle un dramático triunfo a Los Montañeses 7 x 6. El famoso batazo bautizado por mi hermano,
Rafael, como el “El Pipetazo” encaminó a Utuado a obtener el Título Nacional en
el 2007. Ese batazo forma parte de
nuestra historia.
OTRO JUEGO MEMORABLE
El
pasado viernes, 27 de julio de 2012, se celebró el 7.mo y decisivo
encuentro por el Título del Norte, en el Parque Ramón Cabañas de Utuado. Desde
la 6:00 de la tarde, los fanáticos de Camuy y Utuado, comenzaron a llenar las
tribunas del Estadio. Previo al inicio
del partido, las gradas estaban repletas, registrándose de paso la mayor
asistencia a un juego de pelota en el Ramón Cabañas, cuando más de 3,500
personas presenciaron este histórico encuentro.
En el terreno del juego, tal y como
se anticipaba, se produjo un magnífico duelo de lanzadores entre el juvenil
Tomás Rodríguez, por Camuy y el diestro Juan Padilla, por Utuado. El partido llegó sin anotaciones hasta la
séptima entrada. En el interín, ambos
lanzadores propinaban “outs” importantes en situaciones apremiantes. En las gradas, el ambiente era exquisito y las
fanaticadas de ambas novenas, vitoreaban a sus respectivos equipos, en un
ambiente festivo y de tensa camaradería.
En la 1.ra del 7.mo Camuy
marcó 2 carreras inmerecidas, aprovechando para ello 2 errores de la defensa de
Utuado. Por su parte, en la 2.da
del 7.mo Tomás Rodríguez le colgó otro cero más en la pizarra a los
Montañeses. En ese momento las 2
carrereas de ventaja de Camuy pesaban muchísimo. Por su parte, el juvenil Tomás Rodríguez, no
salió a lanzar en la 2.da del 8.vo ya que había efectuado
115 lanzamientos y acusaba cansancio. El
relevista zurdo Orvil Avilés, salió en su rescate y colgó el 1.er
“out” en la pizarra. Acto seguido dio
paso al relevista derecho Héctor Plaza, quien procedió a ponchar a Ian Texidor
para el 2.do “out”. En ese
momento, la numerosa fanaticada de Camuy cantaba a coro “4 outs más y no
jugamos más”. La fiel y consecuente
fanáticada de Utuado, dirigida por su animador (cheerleader) Willie, le
replicaba “Utuado no se quita; Utuado no
se quita”. Con ese ambiente y en ese
escenario, vino al cajón de bateo Luis Cortés, quién había conectado 3 “hits”
en 3 presentaciones al plato y en conteo de 2 “strike” y 1 bola, abanicó la
brisa en un lanzamiento en curva que le había servido Héctor Plaza, para
poncharse. Sin embargo, ocurrió lo
inesperado; lo que parecía ser el 3.er “out” de la entrada fue el
comienzo de una pesadilla para Camuy. El
lanzamiento con el cual se ponchó Luis Cortés fue uno en rompimiento contra el
piso que no pudo manejar el receptor de Camuy, Carlos Rivera, lo que aprovechó
Luis Cortés para correr como un bólido hacia la primera base. Cuando por fin el receptor Rivera encontró la
bola, ya Luis Cortés anclaba en la 2.da base. Oficialmente, se le anotó lanzamiento salvaje
(“wild pitch”). El próximo bateador
Carlos Claudio, en conteo de 3 bolas y 2 “strike” conectó un “hits” al predio
izquierdo-central, empujando la 1.ra carrera de Utuado. Acto seguido, Jensen Fonseca recibió boleto
gratis, lo que provocó la salida del montículo del relevista Héctor Plaza. El dirigente de Camuy, Gilberto “Gilo”
Avilés, trajo a relevar al derecho Manuel Romero, quien procedió a otorgarle
boleto gratis a Olvin Laureano para llenar las almohadillas. Con las bases llenas, vino a batear el
temible “Toño” Candelaria y mientras ello ocurría, la fanaticada utuadeña,
rayando en el frenesí gritaba a todo pulmón “Utuado no se quita; Utuado no se quita”. Candelaria recibió boleto gratis, empujando,
de esa manera, la carrera que empató
el juego a dos (2). En ese momento, el dirigente “Gilo” Avilés,
trajo a relevar a Jonael Barrios, quién procedió a otorgarle otro boleto gratis
a Edwin Cancel y con ello, Utuado tomó la ventaja, 3 carreras por 2.
En la
9.na entrada, el relevista de Utuado, Gilberto “El Diache” Ramos, cerró
con cero para sellar el triunfo de Utuado, 3 carreras por 2. Con la victoria, Utuado revalidó por cuarto
año consecutivo su Título de Campeón Seccional.
La inusual y hasta cierto punto
bizarra victoria de Utuado, fue festejada hasta el delirio por los fanáticos
utuadeños. Mientras los fanáticos de Camuy
observaban, incrédula y perplejamente, la celebración en el terreno de los
jugadores de Utuado. Para la estoica y
leal fanaticada de Camuy, la derrota fue cruel y difícil de asimilar. Ciertamente, lo que aparentaba ser el 3.er
“out” de la 8.va entrada, se convirtió en un lanzamiento salvaje, lo
que combinado con un incogible y 4 boletos gratis, le dieron vuelta a un
marcador que les favorecía.
Algo similar a lo ocurrido en
Utuado, se suscitó el 5 de octubre de 1941, en el 4.to partido de la
Serie Mundial de las Grandes Ligas, entre los Yankees y los Dodgers de
Brooklyn. El escenario, el Estadio
Ebbets Field de Brooklyn. En la parte
alta de la 9.na entrada, los Yankees perdían 4 por 3 y con 2 “outs”
Tommy Henrich se ponchó tirándole al 3.er “strike” pero el receptor
de Brooklyn Mickey Owen no retuvo la pelota (“passed ball”) lo que aprovechó
Henrich para llegar a 1.ra base.
Acto seguido Joe DiMaaggio conectó un sencillo y los Yankees continuaron
una ofensiva que de buenas a primeras les
produjo 4 carreras, para tomar el comando 7 x 4. Así ganaron ese 4.to partido de la
Serie Mundial y eventualmente se proclamaron Campeones Mundiales en ese
1941. Como hemos podido ver, ese 3.er
“strike” que implicaba el último out del 4.to juego de la Serie
Mundial, se convirtió en una pesadilla para los Dodgers Brooklyn, de la misma
manera que el 3.er “strike” de Luis Cortés se convirtió en una pesadilla para los Arenosos de Camuy.
Existen
varios adagios que se utilizan en la jerga del béisbol para intentar explicar lo
ocurrido. Algunos de ellos son los
siguientes:
- En el béisbol la bola es redonda y viene en caja cuadrado.
- El juego no se acaba hasta que no se acaba. “It´s not over till it´s over”. Yogi Berra (Ex-receptor de los Yankees y miembro del Salón de la Fama).
- El que va a ganar no pierde
- En el béisbol no hay nada escrito
Los fanáticos de
Utuado y sus jugadores, festejaron el triunfo hasta las primeras horas de la
madrugada del sábado, y continuarán celebrando y evocando una victoria que tiene
etiqueta de memorable.
El
próximo viernes, 3 de agosto, y en el Ramón Cabañas de Utuado se inicia el
Carnaval de Campeones frente a los titulares de la Sección Metro, Maceteros de
Vega Alta. Exhorto a los fieles y
consecuente fanáticos utuadeños, a que se den cita, respalden y se conviertan,
como lo hicieron el pasado viernes, en un ente protagónico, de nuestro
equipo. Definitivamente, el apoyo de
ustedes en este 7.mo encuentro fue vital y piedra angular en el
triunfo.
Les informo,
además, que el equipo de Vega Alta estará utilizando como su parque local el
Estadio Pedro Román Meléndez de Manatí.
A disfrutar pues, de esta Primera Serie del Carnaval de Campeones. ¡En
Hora Buena!
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